lunes, 30 de noviembre de 2009

QUIÉN TIENE LA VERDAD

OPINION : Claudio Gastaldi

Los periodistas ¿ escribimos lo que vemos o lo que lo que nuestros lectores quieren leer ?

Cualquier ciudadano sabe y sino debiéramos alertarlo, que en momentos de tanta confrontación como el que vive el país y la América Latina, uno de los grandes valores afectados es la verdad. La verdad, en estos procesos suele quedar tan cruzada por intereses, tan vapuleada, que, al final, termina interesando poco y nada. No por obvio dejaremos de señalar que el conocimiento de la verdad o de lo más aproximado a ella, resulta básico y es indispensable en una sociedad libre. Tanto como la búsqueda de ella. Y quién sino los periodistas son los encargados de esa tarea en una sociedad?. Aquí entonces la disyuntiva. Aquí entonces nuestras cavilaciones. Aquí es donde ponemos a prueba nuestro compromiso social. ¿ Qué hacemos, que haría Ud si ejerciera esta profesión y le tocara elegir entre la verdad o decir solo “lo políticamente correcto”, para no quedar mal con nadie?.

No sabemos si esto es valorado o no, por lo mismo, creemos que corresponde poner en conocimiento de nuestros lectores que hoy, muchos periodistas se debaten entre decir la verdad que ellos descubrieron y quedar expuestos, en el mejor de los casos, a la crítica, o al peor, la burda diatriba o cambiar la esencia de su rol y solo buscar la aprobación ciudadana y/o de sus lectores y escuchas.
Debe quedar expuesto también que, aquí y en otras partes del mundo, está ocurriendo que buena parte de la sociedad, no elige a tal o cual medio porque “publica o dice la verdad”, sino porque está de acuerdo con su línea editorial y porque ese medio dice lo que ese ciudadano quiere leer, escuchar o mirar. Aquí entonces ya no se trata solo del periodista sino del medio.
Ante este panorama, el peligro es que, sociedad, periodistas y medios se retroalimenten y contribuyan a invisibilizar la verdad y avalar la escasa calidad de la información que redundará en menos conocimiento y por tanto, en sociedades más dependientes.
Los primeros en luchar contra ese peligro debieran ser los periodistas, pero, anticipando que esa tarea debe ser compartida por la sociedad, sin la cual es imposible que la diferencia entre un periodismo y otro salte a la luz.

ALGUNOS EJEMPLOS… de la región, del país y de nuestra realidad más cercana
A mitad de este año, Manuel Zelaya y a pesar de su voluntad, dejó de ser presidente de Honduras, lo derrocaron.
Apenas ocurrido el hecho, la CNN presentó el tema como la “destitución de un gobierno”.
El primer medio internacional que, desde un primer momento llamó a las cosas por su nombre y calificó la acción como un “golpe de Estado” fue la cadena Telesur.
¿era lo mismo una cosa que la otra? ; ¿Quién decía la verdad?
Telesur mostraba a militares invadiendo la morada de Manuel Zelaya y sacándolo de madrugada y en pijama de su cama, subiéndolo en un avión y depositándolo en el aeropuerto de otro país. Esas imágenes, no solo recorrieron el mundo, sino que fueron repetidas por ese canal hasta el cansancio. En rigor, la razón por la que fue cada vez más difícil llamar a ese hecho brutal por otro nombre.
La CNN en cambio, intentó al comienzo obviar esa parte y ponía el acento en lo conflictivo del gobierno y en todas las fuerzas que se habían unido para despojarlo del poder.
Ambas cosas eran ciertas ¿pero en cual había que poner el acento para acercar a las audiencias a la verdad?
Hoy y gracias a la cadena venezolana el mundo sabe lo que ocurrió y de eso dependió el alineamiento político. Para Telesur no fue gratis, dejó girones en esa pulseada mediática ¿ la sociedad se lo reconoce ? NO, se lo reconocen solo los sectores sociales que quieren más la verdad que sus simpatías políticas y/o aquellos que se sienten del lado del progresismo.
El año pasado la Argentina vivió un enfrentamiento furibundo entre el sector más favorecido del campo y el gobierno que, por lo mismo pretendía aumentarle las retenciones a la exportación de soja.
La mayoría de los medios no presentaron el tema de este modo, o sea, como una puja de intereses por plata. Lo presentaron como un saqueo. Era la voracidad del Estado contra pobres chacareros que dejaban el lomo trabajando de sol a sol, para “una caja política”. Ganaron la pulseada. Hoy la sociedad sabe que todo fue una cuestión de plata y sabe también que todo el panorama apocalíptico que pintaban (nadie más va a sembrar soja, los productores están fundidos, la gente ya no da más), eran expresiones más que interesadas y que nada de eso se probó a lo largo de este tiempo, más bien todo lo contrario.
Ahora bien, los poquitos medios que se animaron a publicar información distinta a como iba la corriente mayoritaria, los que se animaron a publicar información veraz sobre lo que ocurría, los que procuraron indagar para acercar un poco más de calidad a la información ¿son rescatados hoy por esa sociedad a la cual iba dirigida esa información? No, tampoco, simplemente porque una parte de esa sociedad tiene intereses creados (económicos), la otra en tanto, está movida por algún interés político, no quiere escuchar que estuvo equivocada, que fue engañada, quiere seguir creyendo que tenía razón pues eso confirma lo que ella busca, esto es, que todos crean que este gobierno es malo.
En Entre Ríos el gobierno intentó reformar la alícuota del Impuesto Inmobiliario Rural de modo que los propietarios de campos, en especial de grandes extensiones, pagaran un monto más acorde a los valores actuales, procurando que no haya tanta distancia e injusticia entre lo que paga el dueño de una vivienda única con las cifras irrisorias que pagaban y seguirán pagando los terratenientes.
¿Cuántos fueron los medios que procuraron calidad informativa para que ese debate no resultara una simple y odiosa medida de “aumento de impuestos”, obviara las incomprensibles ecuaciones y alícuotas que alejaban a las audiencias del querer saber y, en cambio, procurara facilitar la comprensión de lo que estaba en juego?, muy pocos.
Decir que el corte de la ruta 136 que une las localidades argentinas y uruguayas de Gualeguaychú y Fray Bentos no ha sido eficaz a la hora de detener la actividad de la pastera Botnia y en cambio, sí ha servido para dividir y afectar a la sociedad de Gualeguaychú y a las relaciones con el vecino país, tampoco es políticamente correcto publicarlo, sin embargo es un deber con la verdad y con el reclamo de cientos y miles de vecinos de ambos pueblos.

Ayer sin ir más lejos y aunque se trate de una información menor, aunque elocuente a la hora de analizar el desprecio por la calidad informativa, DIARIOJUNIO publicó que en el mismo momento que los inundados concordienses festejábamos la salida de un sol radiante y el parte de prensa de Prefectura que aseguraba que el río y el lago comenzaban a estar en baja, un medio nacional nos aseguraba que “llovía, que el mal tiempo arreciaba y que el río seguía creciendo”.

Basta leer los comentarios de esa sencilla nota para comprender la razón de este artículo. Muchos lectores se enojaron con nosotros que, en todo caso, oficiábamos de buen cartero. Nos odiaron simplemente por publicar una verdad que era incontrastable : veíamos el sol mientras ese medio decía que llovía, o sea, no había forma de errarle, pero no hubo caso, en algunos hay empecinamiento no por conocer y difundir la verdad, sino por repetir una mentira si la misma sirve a sus intereses, grandes o pequeños, no importa.

Diario Junio.

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