sábado, 27 de febrero de 2010

EL FONDO DE LA CUESTIÓN

OPINION : Luis Bruschtein, Página12

La sensación es que pocas veces se discute sobre el fondo de la cuestión. La mayor parte del debate está centrado en diferentes interpretaciones de las acciones de gobierno, y lo más paradójico es que el único que no ha desarrollado desde el principio un relato sobre estas acciones es el sujeto que las realiza, o sea el Gobierno. Se ha dicho mil veces como crítica que la quita sobre la deuda, el rechazo del ALCA, la renovación de la Corte, la reestatización de las jubilaciones o de Aerolíneas, del Correo o de Aguas, la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual o la Asignación Universal por hijo, entre otras medidas, no formaban parte de un programa previo, ni fueron preparadas o discutidas en un proceso de información y discusión masiva anterior a su proclamación, que permitiera que la sociedad acompañara estas medidas. Como si el Gobierno pensara que la sorpresa, la medida fulminante, fuera más eficaz en algún sentido que los procesos más lentos de acompañamiento ciudadano.

El hueco que deja la ausencia de ese relato oficial sobre sus propias acciones lo ocupan los diferentes relatos de la oposición, que son básicamente interpretaciones libres de lo que “realmente” querría el Gobierno desde una configuración maligna, obviamente. Es decir, no se oponen a lo tangible sino a lo inmaterial, a lo que está oculto detrás de estas acciones. No hay discusión conceptual de esas medidas para rechazarlas, sino que son rechazadas porque se interpretan las intenciones que en realidad esconde el oficialismo detrás de ellas. Según esos discursos, las medidas son buenas, pero las intenciones no, entonces se rechazan las medidas o, en la mayor de las condescendencias, se aceptan con un discurso indignado sobre esas verdaderas intenciones.
Por ejemplo, la oposición a la Ley de Servicios Audiovisuales fue porque el Gobierno quería controlar los medios de comunicación. El tema de la concentración de la propiedad de los medios fue evitado cuidadosamente en la discusión y no hubo contrapropuestas sobre ese tema. “Es una mentira que este gobierno esté contra los monopolios, por lo tanto, el objetivo de esa ley es para controlar los medios porque está en una pelea con Clarín.” La nacionalización de Aerolíneas Argentinas. “Estamos de acuerdo con la nacionalización, pero este gobierno solamente lo hizo para realizar un gran negociado con la compra de aviones usados a precios exorbitantes.” En este caso, algún opositor, como Mauricio Macri o el nuevo paladín justicialista, Francisco de Narváez, llegó a reconocer que se oponía directamente a la medida, lo cual es un rasgo de honestidad intelectual.
La reestatización de las jubilaciones fue “para hacer caja”. >“Estamos de acuerdo con esta medida, pero no con este gobierno, que se va a robar toda la plata de los jubilados.” Y la asignación por hijo es puro clientelismo pagado por el bolsillo de los trabajadores.

Existen dos líneas de explicaciones de este tipo. Una que, sobre la base de estas argumentaciones, intenta disputarle al Gobierno la categoría de centroizquierda y lo acusa de ser una especie de usurpador o de travesti del populismo conservador en ese espacio. Y la otra directamente evita cualquier discusión de fondo porque enhebra todas las medidas del Gobierno con el mismo hilo de la corrupción. Este es un Gobierno que solamente quiere robar y todo lo que hace tiene ese objetivo. Los dirigentes de esta falsa fiscalía hablan como si fueran guardianes permanentes contra la corrupción y, para ellos, cualquiera que tenga siquiera una mínima coincidencia con propuestas del oficialismo también está corrupto, ha sido comprado o es cómplice de algún latrocinio. Ellos no están para discutir, son pequeños savonarolas que están para juzgar y enviar a la hoguera. Un lugar comodísimo en la política, ya que está exento de defender o criticar ideas, propuestas y hasta proyectos de país. No se sabe nunca lo que proponen y con un tono de tribunos denuncistas y desprecio intentan ponerse por encima de un debate leal y claro sobre ideas.

Todo el mundo está de acuerdo en que los ladrones tienen que ir presos, sean del Gobierno, de la oposición o de Marte. El lugar de los ladrones es la cárcel. Pero tratar de explicar la acción global de un gobierno en todos los planos con la sola argumentación del robo, y sobre todo cuando se trata de medidas tan importantes como las que se han planteado, es tan infantil que hasta resulta sospechoso. Y no sospechoso de robo, sino de eludir un debate donde se coincide o se desacuerda con todos sus matices y responsabilidades. Nadie llega al gobierno sólo para robar. Eso no existe. Los antiperonistas acusaban a Perón con ese argumento porque en el fondo se oponían a todas las medidas progresivas que había tomado su gobierno. Y pareciera que eso sucede cada vez que se pone ese mismo telón por delante de todo lo demás,
Muchas de las medidas que ha tomado este gobierno eran reclamadas incluso por muchos de los que ahora están en la oposición. Sin embargo su discusión aportó poco a una sociedad que se enteró superficialmente de lo que se estaba discutiendo. Ha sido un debate pobre. Con excepción de la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual que venía siendo discutida desde mucho antes y que ganó el Gobierno, y la resolución 125 de retenciones, que ganó la oposición porque planteó la discusión con más inteligencia, las otras medidas quedaron en un tiroteo entre policías y ladrones.
Como todas las medidas fueron planteadas por el Gobierno, no es tan inexplicable que la oposición haya llevado la discusión a ese rincón intrascendente. Pero también ha sido responsabilidad del gobierno el no haber desarrollado un discurso que contuviera estas medidas en una idea de comunidad, de país social, cultural y económico que hubiera permitido el enriquecimiento político de una ciudadanía que discute cada vez más en forma neurótica y gutural y cada vez menos reflexiva.
Enriquecimiento y acompañamiento, en el respaldo o en el rechazo, como forma de reapoderamiento de lo político. Las medidas discutidas han sido movimientos apasionantes que transforman la vida de las personas, que implican cambios en la sociedad y con proyecciones y consecuencias hacia al futuro, que en muchos casos son difíciles y necesarios de predecir, que tendrían que implicar saltos cualitativos en la cultura política de un país. Por lo general, sucede al revés: primero se lucha y se discute y desde el crecimiento de esa cultura política se impulsan las medidas. El desastre de los partidos políticos y la génesis de este gobierno hicieron que la crónica se trastrocara, lo cual hizo todo más bizarro: la discusión se dio entre formas políticas en plena crisis de mutaciones impredecibles y sin el acompañamiento de una sociedad marcada por el retroceso de las capas medias urbanas a sus momentos políticos más elementales. Azuzadas por lo mediático y alejadas de lo partidario, donde lo mediático es pasivo y lo partidario hubiera sido más interactivo y participativo, las capas medias urbanas se enriquecen materialmente mientras se empobrecen culturalmente.
Ha sido así en general, pero también hubo debates interesantes y al mismo tiempo la realidad se va encargando de reacomodar los jugadores. La persistencia del Gobierno en una misma línea de acción a lo largo de estos seis años permitió que las medidas, por sí solas, vayan dibujando en conjunto ese proyecto al cual aspira el kirchnerismo con sus cualidades y limitaciones. Es difícil percibir qué porción de la sociedad identifica al Gobierno por sus medidas y cuál por la imagen que proyecta la oposición, que son imágenes opuestas, pero también con puntos de contacto. Porque el impulso de esas medidas de fondo implicó lógicamente choques y confrontaciones y hasta manejos desprolijos o contradictorios y hubo intereses personales, económicos y hasta grupales afectados por cada una de ellas.

El debate es importante porque es la realidad –diría Lacan sobre el lenguaje–, delata el sustrato donde se apoya y a su vez lo regenera, produce alineamientos por ideas e intereses, que es lo que falta en la política argentina desde la famosa crisis de representación del fin de milenio. Podría decirse que de la limpieza con que se plantea depende la transparencia de las formas políticas que se generen. Y también lo opuesto: lo turbio y ramplón generan ídem.

Diario Junio

DE ESTO EL PRINCIPISTA NO SE HACE CARGO

OPINIÓN : Rubén Dri, (Filósofo, profesor consulto de la Facultad de Ciencias Sociales UBA)

Las buenas intenciones y la política

“Ni en el mundo, dice Kant, ni en general, tampoco fuera del mundo, es posible pensar nada que pueda considerarse como bueno sin restricción, a no ser tan sólo una buena voluntad.” Y para que no queden dudas, aclara: “La buena voluntad no es buena por lo que efectúe o realice, no es buena por su adecuación para alcanzar algún fin que hayamos propuesto; es buena sólo por el querer, es decir, es buena en sí misma.” Kant fundamenta la ética de la intención que encontrará su formulación en el principio categórico, que consiste en lo esencial de que todo lo que haga el sujeto debe poder querer que todo el mundo lo haga si se encuentra en esa situación. De esta manera, el comportamiento ético queda desligado de sus consecuencias prácticas. El infierno está plagado de buenas intenciones, según un dicho medieval.

Hegel fue el filósofo que llevó a fondo la crítica a esta desconexión entre la intención y sus consecuencias. La intención se propone siempre lo perfecto, que se expresa en “principios” como “hay que decir siempre la verdad”. No bien comienzas a pensar qué quiere decir ese principio te das cuenta de que en la realidad, es decir, en el contexto humano, social, político, lo que parecía claro se oscurece.

La Iglesia Católica es maestra del principismo, pues sólo de esa manera puede poner al resguardo de todo peligro sus “dogmas”. Lo que pueda sucederles a los seres humanos depende de esos mismos sujetos.
Así, por ejemplo, el principio dice que el aborto es un crimen porque atenta contra la vida y, en consecuencia, la mujer que aborta es una asesina. Si de la defensa de este principio que lleva a obstaculizar cualquier legislación que haga al aborto no punible, miles de mujeres abortan en condiciones tales que ocasionan la muerte del feto y también de la madre, ello es culpa de esas mujeres. A nadie se oculta que esto esconde una gran hipocresía. La pretendida defensa de la vida ocasiona la muerte, pero de ello el principista, la Iglesia en este caso, no se hace cargo. La culpa la tiene el otro, o mejor, la otra.
Los principios son en realidad orientaciones fundamentales que dan sentido a la vida de los seres humanos y como tales se desarrollan dialécticamente, según “el curso del mundo”, como decía Hegel.
Ello llevó a Hegel a distinguir entre la moral y la ética, siendo la primera la actuación del individuo y la ética el ámbito intersubjetivo y, en consecuencia, político en que se da el comportamiento moral. El desprendimiento de la actuación en relación con sus consecuencias lleva fácilmente a la hipocresía y origina mala conciencia.

Max Weber retomará los conceptos hegelianos, haciendo una precisa distinción entre la “ética de la convicción” y la “ética de la responsabilidad”, pero en realidad nunca se da una sin la otra, pues como seres esencialmente intersubjetivos, lo que hacemos, las
resoluciones que tomamos, influyen en los demás. Todo lo que hacemos tiene consecuencias.Si eso es válido para todo lo que hacemos, lo es mucho más cuando nos referimos a la acción política, porque ésta tiene que ver directamente con lo público.

Allí no vale la pura buena voluntad o convicción.

Menester es hacerse cargo de las consecuencias y, en este sentido, muchas veces el puro principio puede generar consecuencias que atentan contra el mismo.

Dos casos de nuestra política reciente y actual muestran esto con claridad.

Cuando se trató de la votación de la 125, sólo había dos opciones, votar por la positiva, es decir por las retenciones móviles, o por la negativa, es decir estar en contra de las mismas y, en consecuencia, estar de acuerdo con la Mesa de Enlace y en especial con la Sociedad Rural. Pretender, como lo hizo Claudio Lozano, que su voto negativo era por la segmentación de las retenciones es, en el mejor de los casos, un autoengaño, y en el peor, una hipocresía. La pretendida convicción o buena voluntad produjo un acto que favoreció a las corporaciones agrarias.

El caso de la política actual se refiere al tema de las reservas y de la deuda externa. Después del desastre provocado por la política neoliberal de los ’90, el gobierno de Kirchner procedió a una lenta reconstrucción del Estado y, en una situación de debilidad, pudo hacer una quita de un 70 por ciento a la deuda externa y llevar adelante una política económica de crecimiento que permitió tener en reserva 48 mil millones de dólares.

Cuando el Gobierno quiere pagar la deuda con parte de las reservas, todo el espectro opositor se levanta para defender las reservas que ellos, cuando fueron gobierno, habían liquidado. ¿Con qué se va a pagar entonces? Con el presupuesto, es decir, con los ajustes. El centroizquierda liderado por Proyecto Sur también se opone, pero lo hace para sostener la pura convicción de que no se pague la deuda ilegítima. Saben bien que en este contexto tal posición es puramente principista, con la nefasta consecuencia de que, si triunfa, la deuda se pagará con el presupuesto, es decir, con el salario, las jubilaciones, en una palabra con el ajuste. No será culpa de ellos. La culpa la tiene el otro.

Por otra parte, se oculta que lo que está en juego en toda esta movida de la derecha manejada por el grupo Clarín es el desgaste del Gobierno hasta, si es posible, su destitución y, con ello, el fin de la ley de medios, de la política de derechos humanos, la vuelta a las AFJP, el fin de la política latinoamericana de la Patria Grande, la vuelta a las relaciones carnales.

De esto el principista no se hace cargo.

Diario Junio

jueves, 25 de febrero de 2010

RADIOGRAFÍA DE LA DEUDA

OPINION : Roberto Navarro Suplemento Cash

Radiografía de la deuda

La deuda lleva décadas condicionando la evolución económica del país, pero en los últimos años ha mejorado su perfil. En 2003 el total de la deuda bruta del sector público nacional representaba el 139 % del Producto Bruto Interno (PBI); a fines de 2009 la deuda cayó hasta el 49,1 % del Producto. Una relación más que razonable si se la compara con Italia, cuyo pasivo público representa el 118 % del PBI; Alemania, que tiene una relación deuda-producto del 152 % o Francia, que debe un 185 % de su PBI. La caída de la relación de la deuda pública con el PBI, que es uno de los principales indicadores que revelan la capacidad de cumplimiento de las obligaciones del Estado, se debió al proceso de desendeudamiento, comenzado en 2005, y al crecimiento de la economía. La primera rebaja importante se dio con la salida del default, que se realizó con un descuento del 65 %, entre quita de capital, rebaja de intereses –que descendieron desde máximos del 18 % surgidos del megacanje hasta una banda del 1 al 4 % del último canje–, y de la extensión de los plazos. Con esa operación el ratio deuda-PBI cayó al 74 %. De ahí en más, con el cierre de los mercados internacionales como consencuencia del default y los holdouts, el país comenzó a cancelar vencimientos con superávit fiscal.

Durante el lustro anterior a la última crisis internacional, la mayor parte del mundo creció a tasas que hacía décadas no se registraban. La acumulación de capital generó una altísima liquidez que tentó a muchos países a aumentar su endeudamiento. La crisis financiera global generó otro incremento en las deudas, fundamentalmente de los países centrales, que salieron a buscar dinero para fortalecer a la banca y así detener el desastre que se avecinaba. En todo ese lapso Argentina, que por causa del default y por la enorme quita que se realizó sobre la deuda quedó afuera de los mercados, disminuyó su pasivo público. Si bien es cierto que no había otra posibilidad que pagar o volver a caer en default, también lo es que el país generó las divisas necesarias debido a un elevado saldo comercial y los pesos de recaudación tributaria para comprarlas.
El Gobierno cancela vencimientos tomando dinero de entes descentralizados, como el PAMI, Anses y otros. Pero esas deudas figuran en el total que hoy marca una relación de deuda-PBI del 49 por ciento, que está entre las más bajas de los países en desarrollo e incluso de muchos desarrollados. El dinero que se toma prestado del Banco Nación está respaldado por depósitos que fue haciendo el Estado con ahorros del Tesoro. Ese banco público concentra 7000 millones de dólares de recursos del Tesoro. Las operaciones en las que se tomó deuda local para pagar al exterior sirvieron, además, para pesificar la deuda, hecho que mejora la situación general del pasivo público. En 2003, el 76 por ciento de la deuda estaba nominada en moneda extranjera; en la actualidad, sólo el 54 por ciento.
Un elemento que en muchas oportunidades es más importante que el total de la deuda es la cercanía de los vencimientos. Fundamentalmente, en momentos de crisis financiera internacional, cuando no se puede salir a los mercados a renovar deuda. La deuda argentina tenía en 2003 una vida promedio de 6,9 años. Es decir que no sólo debía mucho más, sino que buena parte vencía en el corto plazo. Hoy la vida promedio de la deuda prácticamente se duplicó, al pasar a 12,7 años.
El tema que disparó la disputa política del verano es el uso de las reservas del Banco Central para cancelar vencimientos de deuda pública. Otra de las comparaciones que realizan los analistas de mercado para pronosticar las posibilidades de repago de los países es la relación entre el total del pasivo público y las reservas. En 2003 la deuda era un 722 por ciento mayor a las reservas; en la actualidad es apenas el 120 por ciento. Otro indicador relevante es la relación deuda externa nominada en moneda extranjera y exportaciones. En 2003 era 296 por ciento; en 2009, 81 por ciento.

En los últimos siete años la recaudación tributaria creció no sólo por la evolución económica; también porque mejoró la eficiencia de la AFIP. Así, la caída del total de la deuda y fuerte mejora en la recaudación impositiva también mejoraron ese ratio. En 2005, el primer año en que se empezaron a realizar pagos después del default, el total de servicios de la deuda significaba el 53 por ciento de la recaudación. Cinco años después la relación entre deuda pagada en 2009 e ingresos tributarios cayó al 36 por ciento.
En 2009, año en que se sintió lo peor de la crisis financiera internacional, el país subió su relación deuda-PBI apenas del 48,8 por ciento, al 49,1 por ciento. La razón de que la crisis no generara un derrape en esta relación determinante para analizar la capacidad de pago del país tuvo que ver no sólo con que siguió pagando; también con que sufrió muy poco la caída del nivel de actividad. De otra manera hubiese tenido un déficit fiscal que le hubiera complicado las posibilidades de concretar las cancelaciones de los vencimientos del año pasado.

En el mismo contexto internacional muchos países tuvieron déficit fiscales históricos. Según datos del Fondo Monetario Internacional, España tuvo un déficit fiscal del 11,4 por ciento; Grecia, el país más observado en la actualidad, registró en 2009 un saldo negativo del 12,7 por ciento; Francia contabilizó un déficit del 8 por ciento. El desequilibrio total de toda la Unión Europea fue del 7 por ciento. Incluso el siempre prolijo Chile cerró 2009 con un saldo negativo del 4,5 por ciento.

En Economía piensan que es hora de que Argentina comience a pagar sólo los intereses que vencen en los próximos años y renegocie el capital. Así, de ahora en más, la caída de la relación deuda-PBI se daría por la evolución de la economía y se liberarían fondos para apuntalar el crecimiento. La estrategia oficial es utilizar el Fondo del Bicentenario para generar confianza y conseguir una tasa de interés razonable para la renovación de los vencimientos de capital

Diario junio.

LA MEMORIA



CONFIRMADO : Scuderi integró los servicios de inteligencia en tiempos de dictadura

Entrerrianos que integraron organismos de inteligencia del aparato represivo del terrorismo de Estado

Los periodistas Adrián Murano y Franco Mizrahi de la Revista Veintitrés difundieron los 4.300 nombres que integraban la plantilla de personal, los rangos y las actividades de los agentes que aportaron información, apoyo logístico y mano de obra a la represión en tiempos de la última dictadura militar. En la lista figuran casi 40 entrerrianos entre ellos, Juan José Scuderi, quien hasta hace poco se desempeñaba como agente en el Casino de Concordia y fue separado del cargo luego de una denuncia presentada por el diputado Eduardo Jourdan. El listado, que lleva la firma del actual jefe de Inteligencia del Ejército, César Milani, fue entregado al juez Ariel Lijo por Ramón Torres Molina, titular del Archivo de la Memoria. La nómina incluye los nombres de 1.599 personas que se desempeñaron como agentes civiles de inteligencia en el Batallón 601 y 2.353 que cumplieron tareas en distintos destacamentos y secciones en diferentes lugares del país. El documento se complementa con una lista de 345 militares del 601.

Andrés Julián Rafael figura en la nómina de agentes civiles de inteligencia que pertenecían al BATALLÓN 601 .En la lista oficial , que con la firma del actual Jefe de Inteligencia del Ejército, César Milani,le fuera entregada al Juez Ariel Lijo, Andrés julian Rafael, figura encabezando la nómina de agentes de inteligencia del ejército que actuaban en Paraná.
El mencionado Andrés Julian era un agente inflitrado en las filas de la Juventud Comunista (FJC), la Fede de Entre Ríos y se desempeñanba como responsable de relaciones política de dicha organización. Desde ese lugar tenía acceso privilegiado al accionar del Movimiento de Juventudes Políticas del que participaban miembros de las juventudes de todas las fuerzas política. La situación de Andrés Julian como agente infiltrado fue oportunamente denunaciada por jóvenes que luego encabezaron el histórico viraje del Partido Comunista en su 16 Congreso , pero fueron desoídos. Hubo que esperar a que esos mismos, y por entónces jóvenes, dirigentes estuvieran al frente de esa fuerza política para que el agente del Ejército fuera definitivamente separado.

La nómina difundida por la revista Veintitrés
-Andrés, Julián Rafael R.
-Andrili, Ricardo Ramón
-Arcoba, Ernesto
-Arias Guillermo Alfredo
-Arteaga, Florencio A.
-Avellaneda, Sergio A.
-Bello, Rubén Juan
-Berdera Molina, Rodolfo
-Berlo, Miguel Roberto
-Bonfils, Reinaldo Enrique
-Calabrese, Domingo César
-Clariá, Daniel Alberto
-Chiyah, Arturo Raúl
-Fontana, Víctor Eduardo
-Fusse, Carlos Rubén
-Godoy, José Luis
-Godoy, Mario Alberto
-Jurado, Héctor Ramón
-Leites, Luis Rodolfo
-Leiva de Quinodoz, Lidia A.
-Martínez, Alberto Eusebio
-Meza, Juvenal Pascacio
-Michou, Pedro Edgardo
-Muller, Amtenor M.
-Robaina, Oscar Rafael
-Roldán, Albaro Hugo
-Savat, Enrique Eduardo
-Schiascia, Raúl Ernesto
-Scuderi, Juan José
-Tejada, José Carlos
-Terenzano, Víctor Luis
-Torres, Aníbal Raúl
-Vuconich. Daniel Osvaldo

La nota que firman Adrián Murano y Franco Mizrahi, dice…
La mayoría tiene más de 50 años. Llevan una vida corriente como pintores, abogados, comerciantes, porteros, profesionales, empleados, oficinistas, fotógrafos, docentes. Padres y madres de familia, abuelos, amigos, vecinos. Argentinos anónimos sin más lazos aparentes entre sí que la pasión por el asado, la ensalada mixta o los ravioles con tuco. Pero guardan un secreto común: hace tres décadas reportaban al temible Batallón 601, el cerebro que condujo la cacería criminal más atroz de la Argentina reciente.
Hubo que esperar 27 años para que se revelara uno de los secretos mejor guardados del país: quiénes integraron el máximo organismo de inteligencia del Ejército durante el terrorismo de Estado. Hubo que esperar casi tres décadas de democracia para que la memoria de los argentinos accediera a los 4.300 nombres que integraban la plantilla de personal, los rangos y las actividades de los agentes que aportaron información, apoyo logístico y mano de obra a la represión. Veintitrés accedió en exclusiva a ese documento histórico y lo difunde completo en un dossier especial, con la esperanza de aportar una porción de verdad en la trabajosa lucha contra el olvido.
El listado, que lleva la firma del actual jefe de Inteligencia del Ejército, César Milani, fue entregado al juez Ariel Lijo por Ramón Torres Molina, titular del Archivo de la Memoria. La nómina incluye los nombres de 1.599 personas que se desempeñaron como agentes civiles de inteligencia en el Batallón 601 y 2.353 que cumplieron tareas en distintos destacamentos y secciones en diferentes lugares del país. El documento se complementa con una lista de 345 militares del 601.
Como se observa también, entre ellos aparece el profesor Ricardo Andrili, docente de varios establecimientos católicos de la capital entrerriana, quien además encabezara la lista de candidatos a diputado nacional por el Partido Popular de la Reconstrucción (PPR), liderado por el carapintada Breide Obeid, según lo destaca Análisis Digital.
Otro dato a destacar es que tanto Scuderi como Jurado tuvieron estrecha relación y/o fueron funcionarios de Jorge Busti.

LA UNIVERSIDAD CATOLICA DE SALTA TAMBIÉN CUENTA CON EX REPRESORES

De torturador a profesor

“Su nombre de guerra era Toro, pertenecía a uno de los grupos de tareas más temidos”, contó hace años el ex sargento Víctor Ibáñez. El capitán se había reciclado como docente de la Universidad Católica de Salta. Quedó detenido en Marcos Paz.
El periodista Diego Martínez daba cuenta que hace treinta años, como capitán del Ejército, Martín Rodríguez interrogaba a secuestrados en Campo de Mayo. Tras el retiro se recibió de licenciado en Ciencia Política en la Universidad Kennedy y se radicó en Salta. Fue entrenador de rugby del Jockey Club y dirigió la carrera de Relaciones Internacionales en la Universidad Católica, que encabeza el arzobispo Mario Antonio Cargnello. Una investigación de Pablo Llonto, abogado de los hijos del ex diputado Diego Muniz Barreto, permitió identificarlo. Ayer (por el viernes pasado), con 63 años y media vida impune, se presentó bolsito en mano en el juzgado de San Martín, a cargo de Juan Manuel Yalj. Dos horas después salió con esposas, que mostró con odio ante el fotógrafo de Página/12, y ya pasó su primera noche en el penal de Marcos Paz.
“Su nombre de guerra era Toro, pertenecía a uno de los grupos de tareas más temidos”, contó el ex sargento Víctor Ibáñez años atrás. “Terminó procesado por un asunto de robos de autos. Entre sesión y sesión de tortura les hacía firmar a los prisioneros un formulario de transferencia para quedarse con los vehículos”, recordó el ex guardia de El Campito.

Diario Junio, 25/02/2010.-

lunes, 22 de febrero de 2010

EL PISO DEL PURGATORIO

La paritaria docente, una historia para recordar. El federalismo previo versus la tensión actual. Los logros de un sistema complejo. El aporte fiscal nacional, los reclamos sindicales. La asignación universal, avances y restricciones. Argentina Trabaja, otro esquema. El agua y el niño, un dilema siempre vigente.

Por Mario Wainfeld

La paritaria nacional docente se implantó por vía de un decreto que reglamentó la ley de Financiamiento Educativo, aprobada por un amplísimo arco parlamentario, con mayoría aplastante. La ley no nació de gajo, pues fue consecuencia de años de lucha del sindicalismo docente, liderado por la Ctera. La Marcha Blanca y la Carpa Blanca fueron estadios de esa gesta gremial, que tuvo en sus momentos amplio apoyo mediático y político.
Antes, era enorme la dispersión de los salarios docentes, disparidad que perjudicaba especialmente a los de las provincias menos ricas. Forzados a pelear de a uno, contra antagonistas locales poderosos, los docentes tenían todas las de perder. La descentralización de funciones, incluyendo educación y salud, resuelta durante el gobierno de Carlos Menem, acentuó la debilidad. Para colmo de males, a principios de este siglo (hace menos de diez años), durante los mandatos de Fernando de la Rúa y Eduardo Duhalde, la malaria agravó la tendencia. Sueldos ínfimos, a menudo pagados en cuasimonedas de curso provincial de valor usualmente menor que el nominal. Para que los maestros no se enviciaran, era normal que se los liquidaran con mora de meses.
La conciencia de los trabajadores, la aceptación social de su reclamo, un consenso infrecuente en nuestra cultura política conjugaron para que la reivindicación se hiciera ley. Una conquista construida en la sociedad civil, merced a luchas populares, transformada en norma con aprobación casi unánime. He ahí un simpático ejemplo de institucionalidad, que debería ser tratado con más cariño y con menos falacias que las que se propalaron en esta semana.

El incentivo: El incentivo docente es otra decantación de esas bregas. Consiste en un plus salarial para cada cargo, abonado por el fisco nacional, la detestable “caja”. Suma fija que impacta más en los haberes más bajos. Según cifras del Ministerio de Educación, desde 2003 los fondos destinados al efecto se multiplicaron por seis: de 330 millones de pesos a 2180 millones. El incentivo forma parte del salario, su vigencia vencía este año, se prorrogó.
En pos de homogeneizar, parcialmente y a la suba, el salario docente, la paritaria nacional fija un piso inderogable, que las provincias pueden mejorar. No es una escala salarial, ni un porcentual obligatorio, es algo homologable al salario mínimo para el conjunto de los trabajadores. Desde que asumió la presidencia Néstor Kirchner, el salario real de los docentes subió significativamente, según cálculos de la ONG Cipecc.

Las provincias, adentro: Una paritaria docente es, en el hiperbólico tramado gremial, todo un desafío. Hay cinco confederaciones nacionales, 120 sindicatos dispersos en la geografía provincial. En la Ciudad Autónoma se sientan a la mesa de la convención colectiva 17 sindicatos.
El acuerdo cerrado en estos días, como marca la ley, se tramitó con participación de los gobiernos provinciales, representados por sus ministros o secretarios del ramo en el Consejo Federal de Educación. Ellos suscribieron la papelería de rigor. El resultado no debió ser una sorpresa, como denunciaron algunos gobernadores, si es que cuentan con celulares abiertos a las llamadas de sus colaboradores.

Money, money, money: El aporte del estado nacional incluye auxilio a las provincias que atraviesan dificultades para llegar al “piso”, actualmente son once. Según Educación, eso suma 3000 millones de pesos para 2010 a los que deben agregárseles 9000 millones de pesos de transferencia para sueldos de docentes universitarios nacionales que la Nación paga en su totalidad.
Un total no baladí, aunque desde luego la carga mayor recae sobre las provincias. La paritaria de segundo grado es un engorro, porque muchos sindicatos pretenden que el aumento a categorías superiores emparde al del piso, que corresponde al primer escalón: el maestro sin antigüedad que cumple jornada simple. Los mandatarios provinciales (a voz en cuello) y funcionarios del gobierno nacional (sotto voce) rezongan contra esa práctica, seguramente imposible para sus finanzas.
Los sindicatos alegan, con parte de razón, que si no se procede así, se va achatando la pirámide salarial. Con la extensión, cuasi universalización de hecho, del beneficio jubilatorio ocurre algo similar.
Una cierta contención de los reclamos lubricaría el trámite. Para la dirigencia gremial no es sencilla, genera escozor entre los afiliados de sueldos medios.

Federalismo, según pasan los años: El esquema dista de ser perfecto. Tensiona al federalismo: determina una base que las provincias no pueden soslayar. Y es intrincado al forzar un doble ejercicio de negociación, el general y los 24 provinciales. Es un sistema imperfecto, complicado, que mejoró mucho los sueldos, máxime los bajos y contrajo el abanico salarial.
El ejemplo contrafáctico en oferta es, hasta hoy, el pasado. Un federalismo vacío, con malas pagas y peor servicio que reproducía las desigualdades entre distritos. Esa era la realidad, por caso, cuando Carlos Reutemann era gobernador de Santa Fe, ahora (en los contados momentos en que elige no proferir guarradas) dice que lo añora.

El Purgatorio y el piso: La paritaria nacional docente es un buen botón de muestra para parafrasear dos imágenes ilustrativas, concebidas por el ex presidente Néstor Kirchner y por el ex intendente de Morón Martín Sabbatella, ambos a la sazón diputados nacionales. Kirchner acuñó la imagen del tránsito del infierno al Purgatorio como misión de su mandato. El infierno era el escenario de 2001, consecuencia de las irracionales políticas noventistas y la inocuidad de los dos gobiernos radicales que lo precedieron. Con las reservas del caso, puede aceptarse que la Argentina accedió al Purgatorio, lo que significa una mejora general en un contexto insatisfactorio, de todos modos.
Sabbatella describió la saga del kirchnerismo proponiendo que elevó el piso en muchos aspectos pero que tiene un techo bajo, que (en su actual conformación y con los aliados que eligió) difícilmente pueda superar.
En materia social y laboral, el nuevo piso incluye avances tan significativos como provisorios e insuficientes. El infierno, la crisis, simplifica las demandas y las apetencias. El Purgatorio sofistica las pretensiones y exacerba los reclamos, consecuencia inevitable además de deseable. El desocupado ansía algún trabajo, cualquiera. El que accede a él y consigue cierta estabilidad eleva sus pretensiones salariales, cuestiona la calidad del transporte público, desea que sus haberes le ganen la carrera a la inflación, quiere salirse del último escaño de ingresos.
Una cuestión central, casi ajena al debate de campaña ya lanzado, es qué se pretende hacer con los pilares establecidos, que incluyen algunas reglas legales precisas (ausentes durante décadas): las convenciones colectivas funcionando con poder sindical, la cantidad de beneficiarios de alguna jubilación y la existencia de un coeficiente de ajuste semestral, fijado por ley. Esos parámetros pueden perfeccionarse, la impresión del cronista es que, en la oposición con más virtualidad electoral, no hay propuestas sobre cómo hacerlo. Su inquietud, allende la retórica, es que no tengan esa intención.

Virtudes y restricciones: La asignación universal por hijo (AUH) es otro salto de calidad, acotado por imperfecciones y restricciones indebidas. El primer tramo de afiliación, donde primaron “cruces” con base de datos de beneficiarios, llegó a casi 3.500.000 menores. Los jefes de familia reciben la paga mensual con sensible prolijidad. En cifras redondas y tentativas, la mitad de los chicos no estaba cubierta por aporte social alguno. En visión impresionista de intendentes y dirigentes que caminan su territorio, muchos de esos pibes son argentinos de primera generación.
En el designio de evitar abusos, el decreto 1602/2009 dejó fuera del derecho ciudadano a chicos que deberían estar incluidos. La reglamentación posterior subsanó algunas deficiencias:
- Incorporó a los hijos de trabajadoras domésticas formalizadas.
- El porcentual supeditado a escolarización y atención médica de los menores se negaba a quienes asisten a escuelas privadas, un contrasentido si lo que se quiere estimular es la educación. Ahora se admitirá a quienes reciben la prestación en forma gratuita, un paliativo que debería universalizarse a todos los educandos en condiciones.
Los monotributistas quedan afuera, una demasía que castiga a laburantes que hacen un esfuerzo enorme para formalizarse aun cuando ganan apenas para sobrevivir. La corrección, nuevamente, es necesaria. El nuevo derecho debe funcionar como la asignación familiar de hijos de no formalizados, tout court. Está en cabeza de los menores, como atributo de ciudadanía, se debe minimizar la incidencia de las peripecias laborales de sus jefes de hogar.
Se está discutiendo en el primer nivel del Gobierno cesar la restricción a los trabajadores temporarios formalizados (ligados a la actividad agropecuaria extractiva o a la turística entre otras). Con haberes bajos, cobrados en temporada de verano, de vendimia o de zafra, cientos de miles de laburantes quedan sin el pan y sin la torta.
En general, dar de baja a los beneficiarios de planes sociales diversos (alimentarios, seguro de empleo y capacitación, programas de trabajo joven) es un criterio incorrecto. Tecnocrático, para el cronista. Un dirigente social con mucho millaje de conurbano recorrido fulmina: “En esas restricciones hay más bancomundialismo que peronismo”.
En la Casa Rosada se asegura que la AUH se incrementará pari passu con las asignaciones familiares que cobran los trabajadores registrados. Es esencial que así ocurra, la letra del decreto y su reglamentación parecen contener la equiparación pero con una redacción poco precisa.
En la Anses, en Trabajo y en Desarrollo Social se supone que el universo de beneficiarios aumentará si se derogan esas trabas y que también pegará un salto cuando puedan presentarse jefes de hogar que, hasta ahora, carecían de documentación en regla. En tal caso, llegaría a cuatro millones y medio de menores incluidos. La cifra se duplica, grosso modo, si se suman los del sistema formal, los hijos menores de jubilados y los hijos de empleados públicos que perciben otras contribuciones.
En el corto plazo, el ejecutivo se propone implementar un documento nuevo, para cada menor titular de la AUH. Servirá para hacer un seguimiento de su escolarización y atención médica. Será un sistema más sofisticado que el aplicable a otros menores, lo que puede tener un tufillo de diferenciación poco deseable. La virtud, explican en réplica funcionarios concernidos, es generar bases de datos inexistentes hasta ahora acerca de un colectivo amplio, aunque incompleto.
De nuevo, un salto cualitativo en el piso, que clama por refinamiento y ampliaciones.

Plata y discrecionalidad: Cien mil puestos de trabajo, un sueldo de más de 1400 pesos son aristas impactantes del plan Argentina Trabaja, que tantas reyertas viene originando. Los cuestionamientos trascienden largamente al enfrentamiento entre intendentes y movimientos sociales o entre piqueteros de distinto tono político. Las dificultades anidan en la matriz del proyecto, discrecional en las contrataciones. Un funcionario kirchnerista, avezado en el área social, sintetiza bien: “La asignación por hijo no es cabalmente universal pero aspira a serlo. Cualquiera puede solicitarla, llamando a un número de teléfono o yendo a una oficina de la Anses. En cambio, para las cooperativas no existe ese teléfono ni ese lugar. Hay que ir al pie del referente”. Luis D’Elía politizó el tema, en parte por haber sido desplazado pero su argumentación es, en general, irrefutable. Pasemos a resumirla. Una convocatoria que debía ser pluralizada se sesgó en razón de alineamientos políticos. Las cooperativas son un modo de asociación libre, cualquier conjunto de personas puede armar una viable, la secuencia “primero los intendentes, después los movimientos sociales” traiciona el espíritu de un programa de fomento del trabajo. La masa de recursos transferida a los intendentes genera contradicciones no previstas. Los sueldos suelen superar a la de los trabajadores municipales, algunos de cuyos sindicatos ya pusieron el grito en el cielo. Hay jefes territoriales que conchaban a los nuevos contratados para suplir tareas de planta, aliviando su presupuesto: no generan trabajo nuevo, desvirtúan el sistema.
Entre los aspectos encomiables, añade el cronista, debe apuntarse la capacitación de los contratados (que cobran en ese ínterin su mesada). Corre por cuenta de reparticiones oficiales.
Pero los atajos son demasiados, la digitación es la norma. Hay excepciones, que prueban lo que puede la voluntad política. En Morón, el municipio que gobierna Lucas Ghi (militante del partido de Sabbatella que completa el mandato de éste), se dieron maña para institucionalizar el plan. Por valerse de la metáfora sugerida líneas arriba, una repartición oficial y un teléfono en vez de la digitación. Los interesados deben inscribirse, sin excepción, en la oficina de empleo de la municipalidad. Los pedidos superan a la oferta, más vale, pero se les garantiza a todos la posibilidad de anotarse. La norma estipula criterios de prioridad: edad (con privilegio a jóvenes que van por el primer empleo y a mayores de 50 años), la vulnerabilidad familiar, la existencia de discapacitados a cargo, la cercanía del domicilio con el lugar del emprendimiento, el saber previo en la actividad elegida. Esos indicadores se tabulan, se cruzan y se asignan prioridades. Allegados a Sabbatella cuentan que esa articulación se conversó con los ministros Carlos Tomada y Alicia Kirchner, quienes la bancaron sin cortapisas. Pero que fueron muy resistidas por punteros políticos y de organizaciones sociales, interesados en el método que impera en casi todas las intendencias. El techo a veces se construye desde abajo, aunque vale subrayar que el “abajo” comprende a muchos compañeros de ruta elegidos por el kirchnerismo.

El agua y el niño: Economistas insospechados de kirchnerismo avizoran un año de crecimiento, con inflación elevada. Cuatro por ciento de incremento del PBI coinciden Mario Blejer y un banco español de primera línea que reparte sus estimaciones entre embajadores extranjeros y dirigentes de la oposición. Miguel Bein supone un aumento mayor, aunque siempre alerta que “la política” puede meter la cola.
En ese contexto, las jubilaciones extendidas, su reajuste legal periódico, el Consejo del Salario, las convenciones colectivas, la asignación universal, la paritaria docente son instituciones nuevas o remozadas que cimentan el piso del Purgatorio. El piso es desparejo, porque lo completan acciones sugestivas pero mucho más discrecionales como las pensiones graciables (que crecieron exponencialmente) y el Argentina Trabaja. Hablamos, de todos modos, de avances interesantes y esfuerzos fiscales significativos. Todas esas movidas son perfectibles, el cronista piensa que sería un retroceso dejarlas de lado.
La oposición de centro y centroderecha va por una agenda institucional propia, que tiene sus picos y sus honduras. Reconstituir el Indec es un paso necesario, reparador. Las modificaciones al Consejo de la Magistratura tienen sabor a poco, a regreso a un pasado para nada memorable. La derogación de los “superpoderes” viene de cajón, la empuja la correlación de fuerzas. Ese haz de medidas no es un programa alternativo, menos aún un modelo de país.
La cultura política dominante es antagónica, para sus adversarios el kirchnerismo es mancha venenosa. En términos electorales, la opción es coyunturalmente exitosa, puede que siga así en 2011. En términos más sistémicos adolece de enormes faltas de precisiones. Por ejemplo, qué piensa hacer con el crecimiento del poder sindical, con los movimientos sociales, con las instancias de participación y negociación vigentes, con el nuevo plexo de derechos.
En situaciones tan antagónicas, asalta el temor de que un eventual ganador opositor tenga la tentación de tirar al chico con el agua. Tentación muy acicateada por las corporaciones que hasta ahora conducen a esa amalgama. Lo que está pendiente de dilucidación es cuáles protagonistas de primer nivel del Grupo no lo harían, cuáles lo harían por torpeza y cuáles para desembarazarse del niño.


Página 12

ECONOMIA ARGENTINA, SALARIOS Y PRECIOS

Por Bernardo Bohmer*

Según un importante economista internacional existen 3 tipos de economías: la capitalista, la marxista y la argentina. Más allá de la ironía de esta frase creo que desnuda las particularidades de nuestro sistema económico. No quisiera ahondar en esa materia más allá de lo necesario porque de lo contrario un amigo contador seguro me lo recriminaría, y con justos argumentos, puesto que no es mi área; pero de todos modos hay elementos y reacciones que ofenden al sentido común salvo adicionándoles los inevitables componentes políticos, conveniencias sectoriales sazonadas con ambiciones desmedidas. ¿por qué digo todo esto?
Porque aún no logro entender (quizás debido a que mi cerebro es de un trabajador, por lo tanto ajeno a los intrincados recovecos macroeconómicos) la influencia directa de un aumento salarial con las subidas de precios de corte inflacionario. No logro entender porqué no se puede repartir un poco más la torta sin que los sectores siempre favorecidos no quieran quedarse con toda la crema y las frutillas de arriba. Y no es odio de clases ni resentimiento a “los que tienen plata” como me lo endilgara alguna vez un comunicador local. Simplemente me pregunto si alguna vez nosotros, los trabajadores, no podremos cobrar sueldos adecuados al siglo XXI y así poder acceder a mejores niveles de consumo; y ese mayor consumo provoque mayores ventas a los comerciantes y productores quienes así podrían ver incrementados sus ingresos y amortizar los mayores costos salariales sin traducirlos a los precios de sus productos.
Sí, ya sé lo que me van a decir los comerciantes y productores: que tal ecuación es lenta en el recupero y que la presión impositiva y la inestabilidad económica obligan a asegurar HOY el futuro, no solamente el de ellos sino también las fuentes laborales de esos trabajadores que no entienden que “pan para hoy es hambre para mañana”.
Sí, ya sé lo que me van a decir los trabajadores: que nuestros comerciantes y productores están acostumbrados “a juntar plata en pala” y encima de que no cumplen el 100 % de sus deberes impositivos siempre tienen excusas para achicar gastos (trabajadores en negro, sueldos deprimidos, condiciones laborales inadecuadas, etc.), siendo incapaces de compartir algo de sus ganancias cuando son extraordinarias.
Esas campanas son conocidas, pero sus ecos podrían morigerarse y ubicarse en sus justas dimensiones si ejercitaríamos un poco la memoria, separando las buenas de las malas intenciones, conociendo el accionar pasado de los distintos protagonistas de hoy, hurgando en búsqueda de los intereses verdaderamente defendidos, comparando las informaciones recibidas con la realidad, analizando, pensando, razonando.
Memoria y Experiencia, buenas compañeras para caminar al futuro. Represión, hiperinflación y desempleo están instalados en nuestra memoria. Dolor, miseria y saqueos forman parte de nuestra experiencia. Muchos de sus protagonistas responsables están aún alzando sus voces sentenciosas. Hay que reconocerlas para ayudarnos a entender.

Hoy, como trabajador de la educación, aplaudo el logro de la Paritaria Nacional. Instaló en todo el país un piso salarial docente único. El techo queda a la discusión. Pero no habrá provincias misérrimas conviviendo con provincias privilegiadas. Es un triunfo federal de los trabajadores de la educación. Los 3.000 millones que la Nación enviará a 11 provincias lo garantizan.

Ahora , ni este aumento, ni la masa monetaria volcada por la Asignación Universal por Hijo, ni ningún otro incremento salarial justificará de ninguna forma un aumento de precios que los intente licuar transformando eternamente a los autotitulados hacedores de la riqueza en los beneficiarios de siempre y nosotros, los trabajadores, seguiremos aportando nuestro sacrificio sin participar jamás en las ganancias.

Prof. BERNARDO ARTURO BOHMER
DNI Nº 10.356.026

domingo, 21 de febrero de 2010

OPOSICIÓN PSÍQUICA

Por Orlando Barone

Si otro gobierno constitucional, de signo opositor, fuera consagrado al final de éste, el grave problema ya no sería su ideología sino su psiquismo. Porque luego de tanto tiempo juntando infundios, negruras y desprecios, y acumulando odios y rechazos, ninguna mente reclutada en ese estilo queda a salvo de ese estrago. Porque ni la enfermedad del ex presidente estimuló a la oposición a saludarlo aunque sea como cortesía social o protocolo. Nada. La Iglesia mandó un cura con aceites casi extremos por las dudas, sin medir que el paciente ya estaba sano. No quisiera sospechar que el cardenal Bergoglio lo deseaba grave. Y otros más feroces, en el cielo. Cuando Raúl Alfonsín estaba convaleciente, el actual gobierno lo respetaba y celebraba democráticamente. Hoy se plantean serias dudas para el futuro de opositores tan fanáticos. ¿Cómo recuperar el estado psíquico que les permita gobernar, si son sus propias víctimas de fobias intro- inyectadas durante todo el tiempo? Se van a quedar inválidos de tanto esperar que el gobierno no se mueva hasta que les toque el turno. Una oposición solo centrada en la pelea y el agravio, vilmente asociada a la traición de un vicepresidente al que se absuelve del engaño por conveniencia de campaña, y más desvergonzadamente asociada a los grandes medios hegemónicos para seguir teniendo donde actuar sus gesticulaciones republicanas y participar de entrevistas amañadas y fláccidas. ¿Podría ejercer positivamente un nuevo gobierno con tal carga negativa? Nadie vuelve de un síndrome de envidia y de impotencia de ocho años sin daños psíquicos y espirituales de recuperación incierta. Ese, y no el de si a este modelo le sucede otro antagónico, sería el dilema del país si se pasara de uno a otro gobierno. El disturbio psicológico que arrastra la oposición por su propia naturaleza antiK, que por historia y por osmosis se traslada a la actual presidenta, es una amenaza en si mismo. Dudo que a la oposición la pudiera aliviar un voto exitoso, como ya se ha probado recientemente. Y si su adicción a oponerse no se repara con alguna otra reacción de serenidad inteligente, su normalización es improbable. ¿Cómo saber qué fragmento del magma opositor le concierne a cada uno de los socios inestables que se presumen líderes de una trama, solidificada sólo temporalmente por la ofensiva hacia el gobierno? El riesgo sería otra vez sopa: sopa de vacilación, de falta de objetivos. ¿Hacia dónde ir? ¿Hacia qué dormidero de siesta mientras los rapiñeros se encargan de la rapiña y está ya listo el helicóptero? Y aunque el Estado haya logrado volver de las experiencias más duras, no luce adecuado desafiarlo a la reincidencia. Porque se puede estar en contra de muchas cosas. Y hasta se puede estar en contra de Dios si a cambio se opta por la adoración de otro credo. Es lícito, siempre que se sincere el criterio del Dios alternativo. Pero es insano para el cerebro estar en contra, solamente proponiendo la contra.

Carta abierta leída por Orlando Barone el 16 de Febrero de 2010 en Radio del Plata.

DIVERSIDAD INFORMATIVA IGUAL A PERIODISMO INDEPENDIENTE


La guerra de los medios

La guerra declarada entre la corporación mediática y el Gobierno cerró mucho los márgenes y las brechas por donde se había filtrado hasta ahora la mejor expresión de la diversidad informativa. El debate sobre los medios, que abrió la ley de servicios audiovisuales, recién ha comenzado, justamente porque a partir de esa ley el flujo de la información ha sido utilizado abiertamente como ráfaga de ametralladora contra el Gobierno en una guerra donde todo vale.

Luis Bruschtein – Página 12

La Nación dice que Cristina Kirchner no estuvo presa como ella dijo. Y el que diga lo contrario es un despreciable oficialista. Aun cuando después el diario reconoció que sí había estado detenida. Es decir que para hacer verdadero periodismo hay que coincidir contra el Gobierno aunque sea en la mentira. Y saber que la desmentida no es importante, porque lo que importa es el daño que se produjo al enemigo.

Perfil ha publicado notas donde un supuesto ex psicólogo personal de la Presidenta, al que nunca se identifica, se explaya sobre la supuesta “bipolaridad” del carácter presidencial. Todo es supuesto y nada se comprueba. La bipolaridad es una enfermedad psiquiátrica, es algo comprobable. Pero se pueden hacer artículos de tapa con estupideces de ese tipo. Y el que no está de acuerdo con esa manipulación, o se atreve a decir que eso no es serio, es una mierda oficialista. O poner un periodista y un fotógrafo a perseguir a la hija adolescente de los Kirchner para después publicar estupideces sobre los sociales de la piba. Decir que eso no es ético no es ser oficialista y no decirlo no es ser opositor, sino corporativo. Son golpes bajos.

En Clarín no se puede encontrar un solo titular “objetivo” y mucho menos favorable. Esta semana había un título que decía algo así: “Por el impuestazo tecnológico, X fabricará celulares en Tierra del Fuego”. El impuestazo es un arancel que aprobó el Congreso para favorecer la industria nacional, y que X haya decidido fabricar celulares en Argentina es uno de los logros más importantes de esa medida. Pero si se la califica de “impuestazo tecnológico”, la carga es sin duda negativa. El resultado en ese caso era esquizofrénico, pero en general todo está tan forzado que hasta resulta ridículo y cansador. Y la misma carga forzada está en las preguntas de los movileros, las columnas de opinión y los noticieros de los canales y las radios que pertenecen a los multimedia más importantes. Se han hecho decenas de tapas con profecías apocalípticas que nunca se cumplieron. Se anunció varias veces que se disparaba el dólar, que se importaría carne o trigo, que habría una crisis energética terminal. Ninguna de esas advertencias se cumplió. Ninguno de los que las anunciaron se disculpó o se explicó. Los medios que les dieron los titulares de tapa nunca se preocuparon por informar que el Apocalipsis se había postergado.

Resulta hasta vergonzoso constatar la falta total de diversidad que existe en la propuesta mediática. Y al mismo tiempo es alarmante la uniformidad corporativa con la que actúa el mundo de la información comercial. No se está discutiendo si este gobierno es bueno o es malo. Lo que nadie dice es que discutir si la Presidenta miente cuando afirma que estuvo detenida (lo cual además fue verdad) es una estupidez. Hacer titulares sobre la bipolaridad de Cristina y las fiestas de chiquilines de Florencia Kirchner es una estupidez y hasta una bajeza. Son todos recursos periodísticos de bajo nivel.

A pesar de la pobreza de esos recursos, la masividad y la potencia con que se difunden han logrado empujar el canon periodístico a situaciones similares, aunque extremas, a las que primaron durante la guerra de Malvinas. Para los grandes medios, esa etapa tuvo después un costo alto de credibilidad y varios de los periodistas de la televisión lo pagaron con el descrédito y la expulsión de la pantalla.

Así como en aquel momento nadie se atrevía a contradecir ese canon de triunfalismo malvinero, ahora, para este esquema corporativo de grandes multimedia actuando en bloque, cualquiera que no acepta el nuevo paradigma de “periodista independiente” es un oficialista corrupto. Hay sociólogos que estudian las instituciones de la democracia republicana. El lugar de los medios nunca es claro. Son parte empresas, parte institución pública. La empresa usa esa ambigüedad cuando le conviene. Pero la información que mueve a una sociedad se genera allí. Nadie habla del corrimiento absurdo de los parámetros informativos. ¿O para hablar de eso hay que ser oficialista? O mejor dicho: el que hable de eso será acusado de oficialista. ¿Para ser “periodista independiente” hay que ser reaccionario, conciliar con la mentira y la deformación ostensible de las noticias? En todo caso, se trata de la necesidad de democratizar la información, de buscar la diversidad, pero eso para el canon es atentar contra la libertad de prensa.

El trabajo de los periodistas que no coinciden con las líneas editoriales de los medios donde se desempeñan ha sido buscar las brechas que se producen en ese tejido por la necesidad del medio de construir credibilidad. Siempre han sido márgenes estrechos, pero la polarización tan fuerte los ha reducido aún más. Son poquísimos los periodistas que no se alinean con las empresas en su expresión más extrema, más partidista y menos profesional. Es muy difícil soportar esa presión no sólo laboral sino también ambiental. Siempre es más fácil ir para donde va la corriente. Les sucede incluso a periodistas que comenzaron sus carreras con la ilusión de aportar una mirada diferente y ahora resulta patética la forma en que finalmente han sumado su voz al esquema corporativo. La excusa emblema es la “independencia”, no se aclara de qué, aunque se sobreentiende que sólo se trata del Gobierno, lo cual es funcional para coincidir con las empresas o con los anunciantes, de los cuales se “depende”. No es un problema de convicción o de servicio, es de “independencia”. Nadie era más independiente que los viejos condottieri que podían estar a las órdenes del Papa o en su contra, según quien pagara más o lo contratara primero. La excusa emblema de la independencia es tan infantil como la de la “objetividad”.

Cuando el canon de época llega a este extremo tan forzado, los cambios suelen ser bruscos y lo que ahora tiene la fuerza de la uniformidad indiscutible se transforma en la herramienta de ocultación de una verdad que luego resulta obvia, aunque en el momento no se haya visualizado por ese smog cultural. Así sucedió en los ’70 tras la hegemonía cultural gorila de quince años que había invisibilizado fusilamientos y bombardeos del antiperonismo a la población civil. Lo mismo sucedió durante la dictadura y la guerra de Malvinas. En los ’70, la reacción a esa hegemonía forzada fue la peronización de las clases medias y el retorno de Perón. Y en los ’80 fueron los juicios por Malvinas y por los derechos humanos. Esos cambios bruscos fueron la reacción contra una imagen virtual hegemónica construida por los medios sobre la maldad intrínseca de Perón y el peronismo y la superioridad moral de la casta militar sobre la sociedad civil. La sociedad atravesó esas imágenes como si rompiera una pantalla, porque el hilo de credibilidad que las sustentaba era muy tenue. Más tenue es ese hilo cuanto más forzada es la imagen que se construye y la reacción contraria de la sociedad también es más fuerte.

El debate sobre los medios, que abrió la ley de servicios audiovisuales, recién ha comenzado, justamente porque a partir de esa ley el flujo de la información ha sido utilizado abiertamente como ráfaga de ametralladora contra el Gobierno en una guerra donde todo vale. Para los periodistas debería ser una preocupación, porque se rompen reglas de juego y porque en definitiva correrán el riesgo de ser los fusibles de un cambio de época, como sucedió en los ‘80.

Diario Junio.

viernes, 19 de febrero de 2010

LA CARNE ES LA CARNE. NO ES EL SUSHI

El pecado de la carne, la concupiscencia del sushi

La inflación inflaciona, lo que inflaciona se infla y lo que se infla se desinfla. Aunque algunos soplan para ver si revienta. La carne es la carne. No es el sushi. Y por algo cuando aumenta de precio nos cunde un pavor de impotencia. No hay hierba, no hay legumbre, no hay sucedáneo que compensen el escarnio de tener que amenguar su consumo.

Y por más que los dietólogos y el colesterol malo desalientan la tentación de la carne de vaca, no hay pollo, no hay cordero ni pescado ni chancho que valgan. Porque la única carne que es auténtica carne no es la que bala o la que pía, la que relincha o la que croa, ni la que chilla. Es la que muge. Si en la India existen las intocables vacas sagradas, en la Argentina es al revés, los sagrados son los que las comen. Y si no se sienten desnutridos aunque estén gordos como productor de campo.
Cuando aquellos conquistadores ladrones, malacostumbraron a las vacas y los toros a las pampas silvestres inauguraron nuestro mayor placer y nuestro mayor pecado: el de la carne. Y a la par la angurria ganadera y la conducta que la instiga.

Ya en el poema antirrosista, “El matadero”, Esteban Echeverría nos retrataba como barras bravas brutales; draculizados y sanguinolentos de vísceras y entrañas. A su vez Borges describe a la carnicería del barrio “como una afrenta de la calle./ Sobre el dintel/ una ciega cabeza de vaca/ preside el aquelarre/ de carne charra y mármoles finales/ con la remota majestad de un ídolo”. /
Las góndolas de los supermercados, menos bestiales, no paran de gotear hilos de sangre y grasa a través del envase. No es casual que el cine argentino haya filmado “Carne” con Isabel Sarli como inolvidable ícono nutricio.

Y que al comenzar el siglo veintiuno nuestro derrumbe bancario inventara el “corralito”. El nuevo cuco es la inflación asociada a la carne. No es que no haya algo cierto, pero también es cierto que no es igual aquella inflación con la mitad del país sin un hueso para el caldo, que hoy en que solo debe optar suspender el cuadril por la falda. No es igual aquella inflación con plata falsa que esta inflación con plata genuina. No es igual aquella inflación sobre el hambre, que esta inflación sobre el consumo. No es igual la inflación con desempleo y ajuste que con trabajo y actualización de salarios.

Los grandes medios inflacionan la inflación y nos refriegan tiras de asado y bifes anchos como utopías cada vez más distantes. Toda la Argentina es estrujada en el forzado casillero de la carne y todos los argentinos somos juzgados como adictos incontinentes, porque aumenta el ojo de bife. Nos tratan como idiotas carnívoros incapaces de deducir desde qué lugar de estómagos saciados se nos amenaza con la carne. No esperéis de los productores ni los ganaderos la filantropía de que si los dejan hacer y cambia el gobierno y se lleva bien con los cuatro jinetes gauchos del apocalipsis, nos van a traer la carne delivery al galope, a precio de oferta. Lo que nos van a traer son grumos de soja de la que no les compran los chinos para los chanchos.

Déjense de inflar. No nos corran con la carne mientras se atragantan de guita y de sushi.

Orlando Barone

lunes 15 de febrero de 2010

sábado, 13 de febrero de 2010

LAS VAQUITAS SON NUESTRAS




Llamamiento a no comprar carne de vaca para obligar una caída en el valor.

Debido a los fuertes aumentos injustificados corresponde que los consumidores se abstengan de continuar comprando dicho producto para lograr que los mismos se retrotraigan a los precios existentes en diciembre y enero.

Comemos carne de pollo, oveja, cerdo y pescado.


EL PODER ES NUESTRO, DEL PUEBLO.

DE TORTURADOR A PROFESOR

MARTIN RODRIGUEZ, CAPITAN DEL EJERCITO, DECLARO Y FUE PRESO

De torturador a profesor

“Su nombre de guerra era Toro, pertenecía a uno de los grupos de tareas más temidos”, contó hace años el ex sargento Víctor Ibáñez. El capitán se había reciclado como docente de la Universidad Católica de Salta. Quedó detenido en Marcos Paz.

Por Diego Martínez

Hace treinta años, como capitán del Ejército, Martín Rodríguez interrogaba a secuestrados en Campo de Mayo. Tras el retiro se recibió de licenciado en Ciencia Política en la Universidad Kennedy y se radicó en Salta. Fue entrenador de rugby del Jockey Club y dirigió la carrera de Relaciones Internacionales en la Universidad Católica, que encabeza el arzobispo Mario Antonio Cargnello. Una investigación de Pablo Llonto, abogado de los hijos del ex diputado Diego Muniz Barreto, permitió identificarlo. Ayer, con 63 años y media vida impune, se presentó bolsito en mano en el juzgado de San Martín, a cargo de Juan Manuel Yalj. Dos horas después salió con esposas, que mostró con odio ante el fotógrafo de Página/12, y ya pasó su primera noche en el penal de Marcos Paz.

“Su nombre de guerra era Toro, pertenecía a uno de los grupos de tareas más temidos”, contó el ex sargento Víctor Ibáñez años atrás. “Terminó procesado por un asunto de robos de autos. Entre sesión y sesión de tortura les hacía firmar a los prisioneros un formulario de transferencia para quedarse con los vehículos”, recordó el ex guardia de El Campito.

La segunda pieza la aportó Juan José Fernández, secuestrado junto a Muniz Barreto en febrero de 1977. Ambos pasaron por las manos de Luis Patti y luego fueron trasladados a El Campito. El 6 de marzo, adormecidos, fueron arrojados al fondo de un arroyo en el interior de un Fiat 128. Fernández sobrevivió y, antes de exiliarse, declaró ante un escribano. Dejó constancia de un diálogo telefónico que escuchó en cautiverio:

–Habla el capitán Rodríguez, comuníqueme con el coronel Sambrano –grabó en su mente.

Luego el capitán transmitió información arrancada bajo torturas. Con esos datos, Llonto preguntó al Ejército cuántos capitanes Rodríguez había en Campo de Mayo en 1977. Respuesta: uno. Citado a declarar, Ibáñez no dudó al ver la foto del represor. “Era el más salvaje”, agregó.

Ayer a las once, con barba crecida, remera y saco gris, Rodríguez se presentó ante el juez. Ante la ausencia del fiscal Jorge Sica, declaró sólo ante Yalj y su secretario. Tres horas después salió esposado. “No vas a tener perdón”, le gritó Juana Muniz Barreto, que perdió a su padre cuando tenía quince años. Rodríguez se subió al patrullero y, a diferencia de Luis Patti, que se cubría las esposas, mostró las suyas para la foto.

“El corazón me latía fuerte –contó luego Juana–. Ahora siento paz: la satisfacción de haber logrado algo por lo que venimos batallando hace tiempo, la tranquilidad de saber que ya no está entre nosotros como un profesor respetable. Siento haber cumplido con mi deber de hija. Pensé todo el tiempo en mi papá, en lo feliz y agradecida de haberlo tenido quince años, en el orgullo que siento por su valentía, y estoy segura de que él estaría orgulloso de su hija”, confesó. “También pensé en mis hijos: éste es el mejor legado que puedo dejarles”, concluyó. Llonto se mostró satisfecho “porque en un mes, después de años de investigación, cayeron dos de los torturadores más salvajes de Campo de Mayo”. El otro es Carlos Somoza, alias Gordo, ex interrogador del Batallón 601.

Rodríguez nació el 14 de marzo de 1946 en Posadas, Misiones. Cuando se produjo el golpe de Estado era teniente primero. En diciembre de 1976 ascendió a capitán, grado que anteponía a su apellido y que permitió identificarlo. En 1976 y 1977 alternó destinos entre la Escuela de Servicios General Lemos y el Comando de Institutos Militares. Sus calificaciones a fines de 1977 demuestran que tenía un óptimo concepto por parte de sus superiores. “Un brillante oficial que prestigia al instituto”, escribió el coronel Eugenio Guañabens Perelló, que ahora afronta su primer juicio por crímenes de lesa humanidad.

El decano de la Facultad de Derecho de la UCA salteña, Armando Isasmendi, se enteró de la detención por Página/12 y dijo ignorar la citación judicial. “Sabíamos que estaba por declarar y estábamos a la expectativa de ver qué sucedía”, admitió segundos después Martín Andrés Rodríguez, homónimo y director de la carrera de Relaciones Internacionales.

–¿Lo sorprende la noticia?

–Y... sí, uno sabe que son militares de esa época, pero dice “son profesores”, mejor no meterse en esos temas.

–¿Muchos militares como profesores?

–Sí, la UCA tiene relación con Ejército y Gendarmería. También por el perfil de las materias: geopolítica, estrategia.

Un ex alumno consultado por Página/12 recordó a Rodríguez como “una persona querida, muy correcto”. “No era un defensor de los derechos humanos pero tenía posiciones racionales –recordó–. Muchas veces comentaba cosas de la dictadura pero nunca hablaba de su propio rol. Sólo decía que debía actuar la Justicia.”

Página 12

DEUDA EXTERNA EL DEBATE

PANORAMA ECONOMICO

Ecuador

Por Alfredo Zaiat

La polémica sobre el uso de las reservas y el pago de la deuda ofrece un atractivo debate sobre diferentes concepciones en materia económica. La principal restricción a esa contraposición de ideas, que define una cosmovisión de la sociedad, se encuentra en la confusa y desbordada disputa político-mediática donde se mezclan todos y todo. También es cierto que esa tensión emerge porque se discuten distintos senderos de la política económica, áreas de poder e intereses económicos. De todos modos, algunos aspectos de esa disputa merecen ciertas precisiones para no seguir alimentando el desconcierto general. Por caso, resulta interesante conocer la experiencia ecuatoriana en relación con el tratamiento de su deuda externa, dado que es mencionada por algunos sectores al referirse al tratamiento que tuvo la deuda argentina en los últimos años.

El presidente Rafael Correa dispuso en 2007 la conformación de una comisión para auditar la deuda externa de Ecuador. Entre otros, fue integrada por Alejandro Olmos Gaona, cuyo padre, Alejandro, había realizado una investigación sobre la deuda externa fraudulenta de Argentina. Ese trabajo fue presentado ante la Justicia y obtuvo un fallo del juez Jorge Ballestero, que en su sentencia no encontró culpables aunque sí cientos de irregularidades y remitió la causa al Congreso, al considerar que es el ámbito definido por la Constitución para ocuparse de la deuda externa. Los legisladores de signos políticos diversos han ignorado esa causa y su documentación.

En Ecuador, Correa constituyó la Comisión para la Auditoría Integral del Crédito Público para investigar los mecanismos que caracterizaron veinte años de endeudamiento interno, bilateral, multilateral y comercial de ese país, el impacto social y ambiental y sus aspectos jurídicos. Además de Olmos Gaona, estuvo integrada por otros especialistas argentinos, como Miguel Espeche Gil, Salvador María Lozada y Alfredo Carella. Esa comisión detectó indicios de irregularidades en las negociaciones y renegociaciones de la deuda ecuatoriana durante el período 1976-2006.

A fines de 2008, esa comisión presentó su informe definiendo a la deuda externa ecuatoriana como “ilegítima”, demostrando que “en todos lados (hubo) irregularidades y traiciones la patria”, especialmente en la “renegociación” posterior al default de 1999. En ese año se había declarado la cesación de pagos, instancia que derivó en la dolarización de la economía. Entre la deuda considerada “ilegítima” se encontraban los Bonos Global 2012, papeles que los bancos ecuatorianos recibieron luego de la cesación de pagos. En el informe se prueba que muchas de esas operaciones están viciadas por fraude. Cuando recibió el informe final, el 20 de noviembre de 2008, Correa anunció que no pagaría la deuda “ilegítima, ilegal y corrupta” y que sancionaría a los culpables. Días más tarde, suspendió el pago de los intereses de una parte de las obligaciones externas. Para finalmente anunciar su ministra de Economía, María Elsa Viteri, que Ecuador estaba dispuesto a caer en “default con responsabilidad” en ciertos tramos de la deuda externa, equivalentes a unos 3800 millones de dólares en bonos Global que vencían en 2012 y en 2030. En febrero de 2009 Correa anunció lo mismo cuando se produjo el vencimiento de un cupón de 135 millones de dólares del Global 2030, también fruto de la “renegociación ilegítima” de 1999.

Los auditores sólo investigaron e informaron, pero no sugirieron qué hacer. Pero tenían dos posturas: repudiar la deuda (los más extremos, inclusive no pagar al FMI y otros organismos, deuda cuyo monto es similar a la de los bonos) o renegociar en mejores términos. El presidente Correa optó por esto último. El gobierno invitó a los tenedores de bonos Global 2012 y 2030 a que se presenten a una subasta para cambiar por dólares en efectivo, con un descuento, los Bonos 2012 (540 millones de dólares) y 2030 (2835 millones de dólares), operación organizada por Lazard Frères Banque. “La oferta de compra de los bonos 2012 y 2030 –más allá del resultado– ha significado reconocer la legalidad de la reestructuración del año 1999, por lo tanto privada de sustancia reclamar responsabilidad civil y penal de presuntos delitos cometidos por ex funcionarios y agentes extranjeros”, evaluó Alfredo Carella, uno de los miembros de la Comisión, que era uno de los que expusieron la posición más dura con los acreedores.

Con esa transacción, Correa logró retirar del mercado el 91 por ciento de los bonos Global 2012 y 2030, con una quita del 65 por ciento del total y desembolsando 900 millones de dólares para rescatar papeles de deuda “ilegítima” por 2900 millones. Esta operación le ha ahorrado 2000 millones de dólares al país, en términos nominales, y en términos de mercado, por lo menos 1000 millones de dólares, estimó Correa. También calculó que Ecuador se ahorrará anualmente más de 300 millones de dólares en pago de intereses.

En el blog Resentido común se ofrece una valorable síntesis de ese proceso: “Nadie explica que Rafael Correa se inspiró en el no pago más grande de la historia mundial, que fue el canje argentino del 2005. La diferencia entre uno y otro es puramente retórica. Mientras en Ecuador se declaró una parte de la deuda ilegítima, en Argentina directamente se propuso el canje, porque ya estábamos en default. Pero la quita fue en ambos casos del 65 por ciento, siendo en el caso de Ecuador sobre un poco más de 3 mil millones de dólares y en nuestro caso sobre unos 80 mil millones. La quita ecuatoriana fue solamente sobre los bonos Global 2012 y Global 2030 que componían un 32 por ciento de la deuda total, mientras que nuestra quita fue sobre más del 50 por ciento. Ecuador entonces renegoció su deuda declarada ilegítima, pero no la desconoció. Hoy ambos países se encuentran en negociaciones con quienes no entraron en el canje”.

El recorrido histórica de la deuda permite conocer cómo ha sido un instrumento de dominación y de sometimiento de las finanzas domésticas. Pero también revela las limitaciones locales y regionales para alterar esa dinámica desde sus cimientos. Sólo se ha podido mover un poco ese andamiaje económico-jurídico con renegociaciones con quitas de capital, como las impulsadas por Ecuador y Argentina, que han despertado un masivo repudio del mundo de las finanzas internacionales. El historiador Norberto Galasso, que ha escrito uno de los libros más completo y documentado sobre la deuda externa argentina, explica que “ahora es difícil desentrañar la ilicitud de parte de la deuda” y que varios gobiernos le han dado “una especie de legalización” al renegociar sobre ella aunque igualmente “hay que investigar los ilícitos”. Para destacar, como mensaje de esperanza, que lo más importante “es unir a América latina en el no pago y patear el tablero” porque la cuestión no es tanto tener razón “sino tener fuerza”. La realidad refleja otra cosa. Con la estrategia elegida por Correa en Ecuador, el antecedente de la quita de Argentina y su propuesta de reapertura del canje y la postura de Brasil y Uruguay respecto de sus deudas, no se observa la voluntad de reunir la fuerza necesaria en la región para tomar en conjunto decisiones drásticas. Por ese motivo, cada uno de esos países va buscando sus propios senderos, algunos más audaces, que obtienen fuertes quitas al capital, y otros más amigables con los acreedores, para hacer frente al indudable condicionamiento que implica arrastrar una pesada deuda externa.

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CARNE PORQUE SUBE

ALZA DE LOS PRECIOS. EL AUMENTO DE LA CARNE EN EL IPC. LA SEQUIA, EL AVANCE DE LA SOJA Y UN MERCADO POCO TRANSPARENTE

Quiénes ganan y quiénes pierden con la carne

El fuerte incremento de la carne en las últimas semanas responde a varias causas. Ese aumento se inscribe en un proceso de tensión con los precios. Los más favorecidos son frigoríficos y supermercados. Los que sufren son consumidores y criadores.

Por Roberto Navarro

El Indice de Precios al Consumidor de enero que informó el Indec fue de 1,0 por ciento, con un alza promedio en el rubro carne vacuna de 7,1 por ciento. La categoría Turismo avanzó 7,9 por ciento, pero la incidencia de la carne en el indicador de precios es mucho más relevante estadísticamente en la canasta de bienes (ver aparte). Pero también, fundamentalmente, en el presupuesto de los hogares. El aumento en la carne se inscribe en un proceso de tensión con los precios. Por ese motivo resulta relevante precisar el funcionamiento de ese mercado. El fuerte incremento del precio de la carne en las últimas semanas tiene ganadores y perdedores y responde a múltiples causas. Los más favorecidos son los frigoríficos y los supermercados; y en menor medida los feed-lots. Los que sufren son los consumidores y los criadores, que desplazados por la soja se han diseminado por gran parte de la geografía del país. En menos de una década la ganadería perdió 13,5 millones de hectáreas de producción en manos de la soja. Ese es un factor ineludible en el análisis de la caída del stock, que también está sucediendo en otros países productores de carne (Uruguay, ver aparte). El segundo punto, al que tampoco se le da la importancia que tuvo, fue la sequía más grande de los últimos cien años, que generó efectos devastadores sobre la producción de pasto y la disponibilidad de agua para el ganado. En ese contexto, en los últimos dos años, los jugadores fuertes del mercado, frigoríficos y supermercados, utilizaron su poder para sostener una altísima rentabilidad; los feed-lots, que son los que engordan el ganado, contaron con subsidios del Estado. Pero estos nuevos jugadores, los productores tradicionales de la Pampa Húmeda, no trasladaron parte de sus ingresos a los criadores, que, al recibir cada vez menos ingresos por sus crías, comenzaron a rematar hembras para salirse del negocio o achicarse. Hoy, con una caída de tres millones de cabezas en 2009 y casi siete desde 2005, la falta de oferta disparó los precios.

En un mercado agitado y con amenaza de seguir en alza, todos los jugadores salieron a aprovechar el momento. La presidenta Cristina Fernández advirtió que la gran cantidad de lluvia caída en los últimos meses incrementó y mejoró las pasturas en extensas zonas del país. Ante la posibilidad de nuevas subas y con el ganado engordando por la nueva situación de las pasturas, criadores y ganaderos prefieren retener los vacunos para mejorar su peso, al tiempo que esperan, y a la vez generan, nuevos aumentos. “El criador está reteniendo ganando para aprovechar las pasturas y el feed-lot tambien retiene esperando mejores precios. En Liniers, de un promedio de 10 mil animales, están entrando 1500”, explicó a Página/12, Osvaldo Barsky, decano de la Facultad de Agronomía de la Universidad de Belgrano.

Daniel Rearte, coordinador nacional del Programa Carne del INTA, explicó a este diario que “la caída del stock y con ello de la oferta de carne actual en nuestro país, que se mantendrá muy baja por un par de años, tiene su principal razón en la sequía del año pasado, pero también en el muy bajo nivel de lluvias en los últimos cuatro años, al que hay que agregar por supuesto la menor rentabilidad que ofreció siempre la ganadería con respecto al cultivo de la soja. No importaba el buen precio que pudiese tener la hacienda (en abril-mayo del 2008 el novillo alcanzó los valores más altos en varias décadas), la ganadería seguía perdiendo terreno con respecto a la soja, a causa de la gran diferencia en sus márgenes económicos. En el 2008 los márgenes económicos de la soja quintuplicaban al de la actividad ganadera”.

La cadena de la carne está conformada por los consumidores, el sector comercial –muy concentrado en los supermercados–, la industria frigorífica y los ganaderos, criadores e invernadores. Los criadores son en gran medida pymes con tierras de baja calidad agrícola y su capital son las hembras, vacas más vaquillonas. Habitualmente, venden terneros y vacas de rechazo. Los invernadores compran terneros y los engordan en pastizales parte para exportación o en feed-lot de consumo local. Los frigoríficos faenan los animales y se venden como media res, en un 65 por ciento, o en cortes, 35 por ciento.

Daniel Vilela, director del Programa de Agronegocios de la UBA, explicó a Página/12 que “todos los actores han sufrido de diversas formas las políticas equivocadas desde 2005, pero los grandes perdedores han sido y lo serán aún más los consumidores de cortes populares y los ganaderos. Los grandes ganadores de este ciclo son el sector comercial concentrado y los frigoríficos”. Entre las críticas se menciona que las negociaciones con los grandes frigoríficos y los supermercados, aunque no haya sido intención del Gobierno, mejoraron aún más la posición de estos actores en la cadena de producción y consumo, sin resolver el problema de fondo. Por otro lado, los subsidios a los feed-lots no se hicieron en una mesa con los criadores para hacerlos partícipes del reparto.

Sin embargo, un asesor del Poder Ejecutivo, que pidió no ser mencionado, agregó otro elemento, al señalar a este diario que el rechazo de la Resolución 125 comenzó a mostrar sus resultados. “Con este precio de la soja, el mercado ve dos posibilidades, salirse del negocio ganadero o, por lo menos, achicarlo. Las dos opciones llevan a un descenso de la oferta y un aumento del precio”. Y agregó: “Hay otro elemento que es la comercialización. Nunca los frigoríficos en la historia ganaron tanto como en los últimos dos años. Se rompió el equilibrio en la cadena”.

En los últimos días y con respecto al conflicto ganadero, el modelo que esgrimen ciertos analistas es Uruguay (ver aparte). Sin embargo, el país vecino viene sufriendo un problema similar al argentino. Un informe de la Secretaría de Agricultura del país vecino al que tuvo acceso este diario señala que “Uruguay por tercer año consecutivo ve cómo el área dedicada a la ganadería se reduce en más 300 mil hectáreas. La pérdida total ya supera el millón de hectáreas. El total de esa superficie se dedica a la producción de soja”. Rearte brinda otros ejemplos: “No existen posibilidades de crecimiento de la ganadería ante el beneficio económico que reporta la aparición de los llamados cash crops, cuando tienen, por sus altos precios, rentabilidades extraordinarias. Los achicamientos de la ganadería en la región son un claro ejemplo de ello, ocurrió en Colombia con el auge de la caña de azúcar para la producción de etanol cuando se disparó el precio del petróleo, en Uruguay con la soja y el arroz, en Ecuador con la palma aceitera y en otros países”.

La sequía, que es un problema coyuntural, la alta rentabilidad de la soja, que se mantendrá mientras la oposición parlamentaria siga jugando a favor de la Mesa de Enlace, y la falta de transparencia dentro del negocio aparecen como las principales razones del intenso aumento de la carne. De estos tres factores sólo uno podía tener una solución rápida: un mejor armado en la cadena de producción y comercialización. Un estudio de la Facultad de Agronomía señala que entre 2007 y 2009, el precio de la hacienda subió un 34 por ciento, el precio de la media res que compran los supermercados, un 45 por ciento y el precio al público un 72 por ciento.

Página 12

viernes, 12 de febrero de 2010

José Pablo Feinmann : SON UNOS AVENTUREROS

“Apoyo al gobierno porque lo veo condicionado”

Criticó a los últimos best-sellers del verano por “caceroleros” y cosechó ácidas réplicas de Majul, Zunino y Reato. Él dice que lo llaman “filósofo K” para no tomarse el trabajo de leerlo. Aclara que no integra Carta Abierta y que está en Encuentro porque ningún canal comercial le ofrece aire. Sus imperdibles diálogos con Kirchner y su última provocación: “Los últimos meses de Cristina fueron brillantes”. El pensador que irrita al “periodismo anti K”.

Por Diego Rojas

Hay un divertimento que se está poniendo de moda en el campo cultural. Se trata de pegarle a Feinmann. De tirar dardos contra José Pablo, el filósofo, el escritor. De acusarlo de ser un mercenario de las ideas que se vendió a los lingotes de oro del kirchnerismo; de hacer apología del delito intelectual. Desde hace mucho tiempo que no se presenciaba un ataque tan potente que proviene, contra lo que podría pensarse, no de parte de otros filósofos o intelectuales, sino de periodistas. Un fenómeno que revela ciertas coordenadas actuales del mapa de la intervención política.

“En las últimas semanas, Feinmann parece preocupado por las denuncias contra el kirchnerismo por presunta corrupción y por el asesinato de José Ignacio Rucci (...) Sucede en varios gobiernos: cuando el oficialismo detecta temas que apuntan a su línea de flotación, muchos de sus intelectuales se internan en un patrullaje político e ideológico contra todos aquellos considerados enemigos. Ya no hay lugar para el debate; se trata de estigmatizar, humillar y destruir”, publicó Ceferino Reato en una columna en el diario Perfil. En la misma publicación, Luis Majul disparó: “De todos los chupamedias del poder, los que me resultan más despreciables son los que usan su inteligencia y su pluma para ejercer la alcahuetería superficial. Debo aceptar que durante un tiempo me resistí a colocar a José Pablo Feinmann en esa categoría, pero el agresivo artículo que escribió el pasado domingo 13 de diciembre, en Página 12, me terminó de convencer”. “¿De qué nos habla el simpático explicador de la dialéctica hegeliana del Canal Encuentro, el Rómulo Berruti progre de la televisión pública?”, se pregunta el periodista y diputado por la Coalición Cívica Fernando Iglesias en el número anterior de Contraeditorial. “Es cierto: Macri es Posse. Tan cierto como que Feinmann es Kirchner y Kirchner es Moyano, Balestrini, Aníbal Fernández, Piumato y la hermana Alicia. Y D’Elía, Cristóbal López y Moreno”, concluye. La seguidilla de ataques demuestra una virulencia inusitada ante un filósofo que no oculta sus simpatías políticas ni sus acaloradas críticas sobre el gobierno.

Sin embargo, Feinmann –al ser elegido como blanco de los ataques– representa algo más que sus propias intervenciones. Es, también, un señalamiento del clima que impera en el campo del pensamiento. Estos últimos años los intelectuales regresaron al debate político de la mano del conflicto del campo y de los intentos de reagruparse, unos realizados con mayor éxito (y perspectivas) que otros. La continuidad de Carta Abierta –que apoya al gobierno–, el surgimiento del grupo Aurora –cuyos miembros, liderados por Marcos Aguinis, no disimulan su carácter liberal– o la consolidación del Club Político Argentino –que se postulan como una continuidad del Club Socialista de los ochenta– plasman estos intentos de reagrupamiento. La carta firmada por escritores y académicos que se posicionaba, desde la izquierda, en contra del campo como del gobierno en el momento más álgido del conflicto ocasionado por la resolución 125 también se inscribe en ese camino. Estos intentos sugieren que los intelectuales quieren volver al ruedo de la intervención política, luego de casi dos décadas (desde las grandes investigaciones como Robo para la corona, de Horacio Verbitsky, en los noventa) en las que su lugar fue ocupado por el periodismo. Feinmann, que no se amilana a la hora de expresar sus posiciones, no integra ninguno de estos grupos. Sin embargo, es elegido como el objeto de ataque de ciertos periodistas. ¿Será, tal vez, un impulso de este grupo de periodistas para conservar el sitial que lograron en el campo del debate para no ser desplazados ante el ímpetu de reagrupamiento intelectual? Pero no se debería analizar el fenómeno sólo en esta perspectiva. Este grupo de periodistas tiene en común una clara posición de enfrentamiento al kirchnerismo. En ese marco, el ataque a un intelectual como Feinmann también podría ser leído como el reproche que se realiza a un pensador prestigioso que legitima con sus apoyos (y con sus planteamientos críticos) a un gobierno que querría ser mostrado a la sociedad como un cúmulo de barbarie. La presencia de Feinmann y otros intelectuales de gran influencia en los ámbitos más cultivados impide que el Frankenstein kirchnerista se complete en una plena monstruosidad: el engendro no se termina de construir, la pata intelectual que lo sustenta no permite realizar esa operación.

Más allá de estas posibilidades, el filósofo accedió a conversar con Contraeditorial sobre las acusaciones que se le endilgan y, sobre todo, de la ubicación geográfica en la que se ubica en el mapa político de estos tiempos.

–¿En qué campo político se ubica, Feinmann?

–El otro día hablaba con Horacio González y me decía que yo era un franco tirador de la noche: “Te encerrás y desde ahí hasta las 7 de la mañana disparás para todos lados”. Yo no estoy en ningún lado, yo no estoy en el gobierno. De hecho yo, al único que veo del gobierno, pero porque es amigo, es a Juan Manuel Abal Medina (h). Después veo a gente que estuvo, como Pepe Nun o Daniel Filmus. Por ellos es que llegué a mi programa sobre filosofía en Encuentro.

–Ese ciclo es la excusa para que muchos de sus detractores infieran que usted es un funcionario estatal y que su sueldo en Encuentro es la forma en que el gobierno le retribuye sus favores como pensador kirchnerista.

–Eso es una canallada. Yo respondo: que me dé Canal 13 una hora, yo la tomo. Que me dé una hora Telefé. Voy a Encuentro y les digo que me voy, que con esos canales puedo llegar a mucha más gente. Es más, tal vez me llamen de alguno de esos canales. Bernarda Llorente y Claudio Villarroel, que se fueron de Telefé, quieren hacer algo conmigo. Una idea muy linda: Ver para pensar. Así que les digo: “Fuck you” a los que dicen esas huevadas. Porque, decime la verdad, ¿me voy a vender por un programa de televisión? ¿No es un poco poco? A mí no me paga nadie. Me pagan en Página12, en Planeta por mis libros y, bueno, por supuesto, que en Encuentro cobramos. Dalí Producciones, que es Ricardo Cohen, se ocupa de todo. También cobro cuando doy cursos. Y podría vivir tranquilamente de esos cursos.

–¿Integra Carta Abierta?

–No.

–Entonces, ¿por qué piensa que, a pesar de las críticas que esgrimió contra el gobierno, sigue siendo identificado como un pensador K?

–Y... porque la gente es mala, ¿que querés que te diga? Al identificarme como un pensador K no necesitan leerme. Así no tienen que leer las 814 páginas de La filosofía y el barro de la historia. ¿Para qué leerlo si lo escribió un pensador K? Tengo 31 libros editados, tengo un corpus literario, ¿no? Pero ninguno de estos tipos lee mis libros. Repiten: “Es un pensador K”, o sea, es un tipo que se vendió por dinero, es un tipo que piensa para fortalecer una gestión, es un tipo que piensa recibiendo directivas de K, que puede ser de Cristina o Néstor. Me pregunto si piensan así porque viven así. Es como dice el refrán: “El ladrón piensa que todos son de su condición”.

–Usted comenzó su relación con el kirchnerismo de un modo entusiasta.

–En el 2003 estábamos todos contentos. Cuando asumió K a mí me cayó bárbaro, viste que se tiró sobre el fotógrafo, lo hirieron, asumió con una curita, jugó con el bastón… Yo pensé: “Qué flaco divertido”. Escribí una nota que le gustó mucho y me llamó. Charlamos mucho, le planteé mi postura: “Tenés que dejar el peronismo, crear un buen partido de centro-izquierda y empezar algo nuevo en la política argentina”. Si lo hacía, yo pensaba estar. Él decía cosas muy interesantes, entre ellas dijo: “De aquí a mí me sacan con los pies para adelante”. Es un dato importante. Que se vayan enterando que muy fácil no va a ser sacarlo. Ni a él ni a ella. No creo que se vayan en helicóptero.

–Pero Kirchner después eligió claramente al PJ y al corleonismo, según su propia definición.

–Hablaba sobre el aparatismo en una nota que no le gustó. Muy amablemente me mandó un mail. Recuerdo que, cuando comenzamos nuestra relación, me contó Bielsa que mientras conversaba con él, Kirchner le dijo: “¡Ah! Esto lo tengo que consultar con José Pablo” y que se levantó de la reunión y me llamó desde Washington. Yo no lo podía creer, era el presidente. Luego de ese artículo me mandó un mail. El “asunto” decía: “Mail del presidente”. Me quedé sorprendido. Ahí me decía: “Los intelectuales como vos buscan la pureza todo el tiempo, los políticos no nos podemos dar ese lujo. Yo, si quiero conservarme en el poder, tengo que apropiarme del aparato del PJ, si no, el aparato del PJ me va a aniquilar. Para apropiarme del aparato del PJ, tengo que entrar en la basura, meterme, ahí, en la mierda, y eso a vos por supuesto, no te a va a gustar”. Yo le contesté que entendía, pero que no podía hacer eso. Esa política es la que siempre se hizo.

–Además, ¿triunfó en esa apropiación del PJ? ¿No se dió vuelta una gran cantidad de intendentes que hoy siguen a Duhalde?

–No creo que haya triunfado. Deslució su imagen ante la clase media que lo vio transar con Barrionuevo. Cuando pasó lo de Barrionuevo también saqué una nota. Estos muchachos que me atacan se olvidan de mis notas, pero el que en serio hizo críticas a K, críticas teóricas en serio, fui yo.

–Sin embargo, la percepción es que usted apoya al gobierno.

–En un montón de cosas apoyo del gobierno. Primero lo apoyo porque lo veo muy condicionado. Apoyo porque veo lo que hay del otro lado. Apoyo que los Kirchner tengan una buena relación con Evo, una buena relación con Chávez. Tengo muchas objeciones contra Chávez pero está bien que tengan una buena relación con él. Además, en este momento estoy apoyando a Cristina más que a Néstor. Cristina me gusta mucho, piensa bien, dice sus discursos maravillosamente, y eso no es un dato secundario. Son signos muy grandes de inteligencia. Si escuchás hablar a Cobos, a Macri, a De Narváez, ninguno de ellos le llega al primer taquito a Cristina. Es una mina inteligente que piensa, que tiene cultura, que es un cuadro político desde hace muchos años. Hay muchas personas que la apoyan. Ernesto Laclau y Chantal Mouffe. Y acá Horacio González, Ricardo Foster, Noé Jitrik, David Viñas... Son mis compañeros de toda la vida, no es que no tengamos críticas, pero estamos defendiendo un estado de cosas.

–En una entrevista en Veintitrés hace tres años usted decía que Kirchner no usaba la plata de las reservas para paliar los altos índices de pobreza que existen. Hoy parece que siguen sin usarse para esos fines.

–Todavía reprocho eso. La lucha contra el hambre no se dio. La lucha por la distribución del ingreso se empezó a dar el año pasado. Pero este es un llamado de atención. Este es un país donde se le quiere sacar un 3% a los más poderosos terratenientes y no se puede. El gobierno casi cae con el apoyo de la clase media. Lo único que faltaba es que vinieran con los tractores a Plaza de Mayo. Se podría haber incendiado el país.

–Se puede pensar que para que los cambios sean profundos se requiere que se recurra a ciertos incendios.

–Sí. Pero no creo que se puedan producir. Perdóname el pesimismo. ¿Qué serían cambios profundos? Cambio profundo fueron la Ley de Medios, la estatización de las AFJP, el fútbol. Ahora, ¿cómo avanzar? Se debería poner un impuesto a la riqueza y establecer un ente de distribución del ingreso. Se podría poner un impuesto a la renta financiera.

–¿A este gobierno le interesaría hacer eso?

–Ese es el problema. El año pasado intentó hacer algo y no pudo, casi se va a la mierda. También por errores de ellos, pero hubo un revuelo infernal. Si no lo hacen ellos, ¿quién lo va a hacer?

–¿Cómo ve a la oposición de centroizquierda?

–Bastante débil. Me gusta Sabatella. He ido a Morón a dar conferencias y es un gran tipo Sabatella. Pero no tiene poder, no tiene el peronismo. Y hoy el peronismo es una estructura corleonista que no lo va a dejar avanzar más allá de cierto punto. Hoy, la política es conseguir posiciones a través del dinero. Es una corporación en la cual hay más circulación de dinero que ideas. No es culpa de los políticos, es culpa de las grandes empresas que manejan el país, de los grandes intereses concentrados monopólicamente que manejan el país. La política hoy se hace a través de los medios: hay una colonización de la subjetividad. Es el poder de penetración de una ideología a través de lo mediático. Hay un sujeto absoluto bélico comunicacional, hace guerras pero también gana guerras a través de lo comunicacional. Vos fijate que en China no hay diarios de izquierda, que aquí tampoco hay casi diarios de izquierda. Bueno, está Página 12, que es de una izquierda centrada y después habrá algunos pequeños diarios. Todos los grandes diarios son de derecha, todos los grandes programas de TV son de derecha, Tinelli es de derecha, los culos de Tinelli son de derecha porque idiotizan.

–¿Preparan los medios las condiciones para una restauración conservadora?

–Por supuesto. Hay un capítulo de Ser y tiempo de Heidegger que habla de la existencia inauténtica que es así: el sujeto no habla, es hablado; no piensa, es pensado; no interpreta, es interpretado; no ve, es visto. Ese tipo cree que tiene ideas, pero no tiene ideas, tiene las ideas de los otros. Foucault en un texto muy lindo que se llama Poder y verdad dice: “El poder crea la verdad” y hoy el poder son los medios de comunicación. Crean la verdad porque la dicen durante todo el día y la repiten a la noche. Nadie piensa por su cuenta, todos son pensados, entonces no hay una consciencia crítica. En cuanto al gobierno, esto es lo que yo le reprocho desde el primer día: debió haber formado cuadros, debió haber hecho militancia, debió haber mandado dirigentes por los barrios, debió haber formado escuelas de formación política, pero no lo hizo porque se mantuvo en la vieja política.

–Al gobierno se le endilgan formas autoritarias, corrupción y maltrato de las instituciones republicanas. ¿Qué opina sobre esto?

–La oposición dice: “Son corruptos, las instituciones no funcionan y son personalistas o son demagógicos o son dictatoriales, autoritarios”. Pero estos fueron los argumentos de todos los golpes de Estado. A Irigoyen le decían que era lento, estaba viejo. A Ilia también y eso lo decían los iluminados de Primera Plana, nuestra gran revista, que era golpista, que apoyó y trajo a Onganía. A Perón lo acusan de corrupto, exhiben todos los tapados de Evita, toda la ropa, ponen coches, 20 coches e invitan a la gente a ver los autos que tenía Perón. Había grandes tachos de basura que decían: “Arroje aquí su carnet de afiliación al partido peronista”. Entonces, la corrupción es un elemento fundamental de todo intento golpista. Y la oposición, que es golpista, instrumenta la corrupción. Lo otro que instrumenta es que las instituciones no funcionan como si alguna vez ellos hubieran sido republicanos. ¿Cuándo el liberalismo llegó aquí, al poder, a través de elecciones democráticas? Nunca. Entonces, Perón cae por ese esquema: corrupción y autoritarismo, falta de respeto por las instituciones. Es una historia que regresa.

–¿Percibió cómo se extendió el mote de “la yegua”?

–Son los mismos insultos que se usaban con Evita, es notable. Se ve un machismo asqueante en los tipos y en las minas. Me llegan chismes de peluquería, el gorilismo de peluquerías es el peor. Las minas dicen cosas terribles de Cristina. Es machismo puro. Imaginate que odias a alguien y sin embargo le tenés ganas. Cuando sale bien en la foto, y generalmente sale bien, te gusta, pero no te tiene que gustar porque la odiás. Entonces eso produce una cosa que se les revuelve por dentro. Lo que más los agrede es que es una mina inteligente, es el presidente que mejor ha pensado en sus discursos, que mejor ha dominado la exposición de un discurso con la excepción de Perón.

–¿Ve factible la posiblidad de un golpe institucional, con un barniz democrático? Carrió habla de juicios políticos con frecuencia.

–Va a ser difícil hacer eso. Carrió, esa emisaria de Cristo, a quien Dios elige para hablar a través de su logos, puede decir eso. Pero también ha dicho muchas otras cosas. Dijo que a Kirchner lo único que le faltaba eran los campos de concentración para ser Hitler. No tomo en serio lo que dice esa mujer. Incluso dentro de la oposición no le tienen gran respeto. La Mesa de Enlace, la noche del triunfo, no la dejó subir al palco. Es piantavotos.

–Volviendo a sus críticos...

–Sé quienes son los que me atacan pero no me calienta. No tienen entidad. ¿Quiénes son esos tipos? Son periodistas que se han puesto a escribir algunos libros anti K, que está de moda. No voy a polemizar con ninguno. Hace 15 días que llegué de Roma de polemizar con Giacomo Marramao, que es el filósofo más importante de Italia, no voy a polemizar con estos tipos. Yo polemizaría con Ernesto Laclau. Polemizaría con Santiago Kovadloff, con Natalio Botana, pero no con estos otros. No los quiero nombrar porque apenas nombre a uno, saca mañana una columna porque quieren debatir conmigo, lógico.

–¿Y con Sarlo debatiría?

–Con Sarlo estoy cansado de polemizar.

–¿Le gusta la idea de ser un pensador que molesta?

–Por supuesto: un pensador tiene que molestar. Eso lo dijo mi gran maestro Sartre, el pensador está para cuestionar a todos. A través de esta conversación he tenido enojos con todos. Pero te digo que Cristina tiene que seguir gobernando y que no jodan con golpe de Estado ni el ánimo destituyente porque ninguno de los otros le llega ni a los tobillos a Cristina. Entonces, no es un gobierno que a mí me pueda entusiasmar pero no creo que pueda haber ninguno que me entusiasme porque las cosas que yo quería hacer creo que no se pueden hacer. No se están haciendo en ningún lugar del mundo. Lo que habría que hacer es una distribución de la riqueza, es lo que te decía antes, fundamentalmente no puede haber más gente con hambre. El hambre pasó a ser una causa de la derecha por culpa de la mala política del gobierno de Cristina. Cristina tiene que arreglar eso. Si no, Biolcatti se preocupa por el hambre.

–¿Podrá hacerlo después de la derrota electoral, de las presiones que recibe de los medios, de la derecha, del propio PJ?

–Estos últimos meses de Cristina fueron brillantes. Luego de la derrota del 28 de junio tuvo una gran reacción. Es como el boxeador que cae y se levanta y embiste al otro y de pronto le pega 3 piñas que lo noquea. Ella no lo noqueó, pero le pegó 3 piñas. Ahora hay que ver qué pasa este año. Lo único que se puede esperar de la derecha son difamaciones, intentos golpistas, denuncias de corrupción, denuncias de autoritarismo, todo eso va a estar presente, cada vez van a tener más tierra, pronto van a ser dueños de todo el país. Bueno, el título del libro de uno de estos periodistas que me ataca es justamente El dueño, ¿no? Mañana va a publicar una columna, creyendo que polemiza conmigo. Pero que ninguno se crea que yo voy a responder, lo hago público. Son tipos que no tienen nivel para polemizar conmigo. Son unos aventureros.

Contraeditorial
04-02-2010.-