lunes, 18 de enero de 2010

LA DERECHA ES FELIZ CUANDO GOBIERNA LA DERECHA

OPINIÓN : Orlando Barone LUEGO DEL TRINFO DE PIÑERA EN CHILE

La derecha es feliz cuando gobierna la derecha

El nuevo presidente de Chile, Piñera, no tiene que temer oposición de derecha. Porque sea cómo fuere- si es más, o menos de derecha- un gobierno de derecha nunca tiene opositores de derecha. A Berlusconi nadie lo va a correr por derecha. Tampoco había opositores a la derecha de Bush o a la de Aznar o a la de Menem. Fíjense que Macri no tiene enemigos a la derecha. No los tuvo Fujimori ni los va a tener Piñera. La derecha está feliz cuando gobierna la derecha. En todas partes. Tiene sentido de equipo y sentido de intereses de economía y de clase. Esto que parece una verdad de Perogrullo, una tautología o un pleonasmo puede servir para interrogarnos. ¿Por qué un gobierno popular, o progresista, o de inclinación social o peronista de izquierda o como quiera llamársele, tiene oposición de izquierda? ¿Y por qué si esa izquierda lo acusa de ser un gobierno hipócrita, y de ser igual a otro de derecha, tiene cada vez más feroces enemigos en la derecha?
Lo cierto es que un gobierno popular dispara oposiciones de un lado y de otro. ¿Si la derecha se opone porque sufre las acciones del gobierno, por qué también se opone la izquierda por las mismas acciones? Un desafío a la lógica política argentina.
¿Acaso las madres y abuelas de Plaza de Mayo apoyan al gobierno de Cristina Fernández porque es igual al de los años noventa? ¿Acaso los ideólogos de la represión y de la presión por la amnistía, son enemigos del gobierno porque los está favoreciendo? En este sentido la derecha argentina tiene la ventaja de que ante un gobierno popular nunca va a estar sola en la vereda opuesta: va a contar con aliados de la izquierda que le dicen a la sociedad que el gobierno es un fraude. Y si el acecho bilateral da resultado y el gobierno popular cede o pierde, la derecha le birla a la izquierda el vértice del podio y se autoproclama dueña del triunfo. Y la izquierda, apartada del festejo, pasa otra vez a ser la damnificada. Y vuelta a empezar a acechar al gobierno de derecha desde la izquierda. Hasta que gane otra vez un gobierno popular y la izquierda vuelva a coincidir con la derecha. En Chile la derecha está feliz: sea Piñera menos o más de derecha. La pureza no les importa: les importa el derechazo. La izquierda en Chile fue mezquina. Apoyó con desgano al candidato progresista de la concertación y favoreció la derrota. Moraleja: siempre hay tiempo para volver a la tierra. Porque cuando la izquierda quiere ser demasiado pura, ayuda a ganar a la derecha.

Diario Junio

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